La deuda comercial trepó otros USD1.168 millones en mayo. De esa forma el nuevo endeudamiento de los importadores con sus proveedores externos sumó USD13.778 millones en los primeros seis meses del nuevo Gobierno y se acercó en total a un stock de USD47.000 millones. Junto con la propia caída de las importaciones por el efecto de la recesión, el fenómeno explicó la acelerada compra de divisas de la primera parte del año. Preocupa la continuidad, con estacionalidad desfavorable, cierta normalización de los pagos de importaciones y una potencial suba de las compras externas frente a la esperada reactivación. A eso se le sumarán los pagos de deuda externa.
Las importaciones cayeron con fuerza a lo largo de los primeros cinco meses del año. De ahí se desprende una buena parte de la pata de comercio exterior de los superávits gemelos. En paralelo se observó, durante esos cinco meses, una sostenida brecha entre las importaciones realizadas, de por sí en un nivel bajo, y los pagos de esas importaciones, todavía más por debajo. El esquema de restricciones importadoras mediante cuotas impuesto por el Gobierno hacia diciembre, fue la explicación de esa brecha y también del hecho de que mes a mes se fuera achicando.
Desde PxQ señalaron: “Durante mayo, el pago de importaciones continuó aumentando en línea con el esquema de pago escalonado. Alcanzó el 75% de las importaciones ingresadas por Aduana (8 puntos más respecto de abril). La deuda comercial habría continuado creciendo en USD1.168 millones aunque en un monto menor a los meses previos (el dato de mayo es aproximadamente un tercio del de enero). Durante los primeros 6 meses de gobierno se habrían acumulado USD13.778 millones de deuda comercial”. Y agregaron: “Descontando lo adjudicado por Bopreal y el acceso de mipymes, se tiene que hacia mayo la deuda comercial era de aproximadamente USD47.000 millones”.
El Grupo Geres publicó su propio cálculo que ubicó en USDS12.271 millones el crecimiento de la deuda comercial en lo que va del 2024, sin incluir a diciembre, y sostuvo: “La recesión, que provocó un desplome de las importaciones, y la postergación de pagos de las mismas, permitieron la acumulación de reservas netas del BCRA, que fue de unos USD11.700 M en igual período”. Así, la deuda comercial contraida explicó más que el total de la compra de divisas.
Los datos se desprenden del informe de Evolución del mercado de cambios, correspondiente a mayo y publicado por el BCRA. No hay números sobre la deuda comercial de junio, aunque sí se observó que en ese mes se frenó de un golpe la acumulación de divisas: creció la demanda importadora, en parte por el cronograma en cuotas y en parte por las inesperadas necesidades energéticas que generó el frío y la limitada capacidad del gasoducto; por el contrario, no se observó el incremento esperado en la liquidación del agro, a causa del atraso cambiario y la perspectiva oficial de continuar con su sendero de 2% mensual.
Esta semana el BCRA no vendió divisas y eso es bueno. Pero el ritmo de compras es bajo: fueron solo USD79 millones. Bien por debajo de la dinámica de los primeros cinco meses del año. Para julio y agosto la cuestión se complicará un poco: el Gobierno enfrentará pagos de deuda externa (financiera) con privados. Los bonos reestructurados por el exministro de Economía, Martín Guzmán, a los que se suman los envíos al FMI y otros organismos: serán en total algo más de USD3.600 millones en julio, a los que se sumarán otros USD2.200 millones en agosto.