Abril efectivamente dejó una fuerte desaceleración de la inflación, que llegó a la cifra única por ejemplo en CABA, donde marcó un alza de 9,8%, por primera vez desde octubre.
Por su parte, mayo arrancó con señales de desaceleración, según las primeras estimaciones privadas, y con un IPC de alimentos y otros productos de los supermercados en torno al 1%. Con un paro en agenda y tras la marcha por la universidad, el Gobierno decidió poner el énfasis más en desinflar que en seguir profundizando el ajuste y las consultoras proyectan un 7,5% para el mes actual.
La Dirección General de Estadísticas y Censos de la CABA publicó su IPC de abril, que mostró el mencionado incremento de 9,8%, con una inflación interanual que no dejó de acelerar y llegó al 292,5%. El Indec va a publicar el dato oficial de abril para el nivel nacional el próximo martes: para las consultoras y bancos de la city consultados por el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA marcará un alza de 9%. Si es así, la interanual habrá seguido acelerando y habrá llegado a 289,6%.
Con todo, la inflación sigue muy alta, aunque desacelerando. En abril, en CABA, lo que más traccionó a los precios al alza fue la divisón Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un incremento de 22,9% que le agregó 3,7 puntos al IPC, principalmente por “las subas en las tarifas residenciales del servicio de suministro de agua y de gas natural por red. Le siguieron en importancia, las alzas en los valores de los gastos comunes por la vivienda”.
En segundo lugar las que más traccionaron fueron las prepagas, con un aumento de 13% para el rubro salud, que le sumó 1,17 puntos al IPC. Algo de eso puede volver atrás en mayo por la decisión oficial, en el marco del nuevo orden de prioridades que busca desinflar, de ponerle un límite a los incrementos de las empresas del sector. Luego, en tercer puesto, estuvieron los alimentos, que suelen ser los que más traccionan: esta vez aumentaron 5,1% y agregaron 1,05 puntos al índice. En cuarto lugar se destacaron los incrementos en las tarifas de los servicios de telefonía móvil y de comunicación agrupados.
Además de la decisión de volver atrás con los incrementos de las prepagas, el Gobierno decidió postergar el aumento del impuesto al combustible de mayo y también el incremento en electricidad y gas que estaba pautado para el mes. Ambas decisiones que afectan a los ingresos del fisco pero que buscan no colaborar a alimentar la inflación en el corto plazo, en algún sentido contradiciendo la lectura histórica libertaria que apunta a que toda suba de precios está emparentada con y solo con la emisión monetaria por encimad de la demanda de pesos.
En mayo la dinámica arrancó bien: para Eco Go, la inflación de los alimentos en la primera semana mes marcó una suba de 1,1%. No es deflación ni tampoco está cerca de serlo, pero sí está por debajo del 1,4% de la penúltima semana de abril y del 1,2% de la última semana del mes pasado. Para Eco Go las medidas que posponen la aceleración inflacionaria le permiten al Gobierno ahorrarse 1,8 puntos de inflación.
El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) midió una inflación en supermercados de 0,7%. También lejos de un escenario deflacionario pero por debajo del 1,3% de la penúltima semana de abril y del 0,8% de la última semana del mes pasado.