Para los productores, las lluvias y la chicharrita son los temas del momento. Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, considera que la soja trae buenas noticias.
Por el lado de las precipitaciones, estas fueron acompañadas de temporales en el noreste de Buenos Aires, y anegaron algunas zonas muy relevantes.
En tanto, donde no se dieron situaciones tan extremas, la humedad adicional es “bien recibida de cara al ciclo 24/25 que apunta a tener en agosto un paso a año niña (más seco) por lo que las reservas serán claves”, apunta el especialista.
También ocurrió que las lluvias demoraron la recolección de maíz “calentando precios”.
En el mismo sentido, Romano explica que los compradores estuvieron activos pagando mejor precio por soja disponible “y de la mano de eso, los productores aprovecharon para ponerle precio a los granos. La comercialización de la semana fue activa, similar al promedio histórico. Pero al venir tan atrasada previamente, siguen estando muy por debajo del ritmo normal”.
Qué es la Chicharrita
Se trata de un insecto muy pequeño, de no más que 3 a 4 milímetros.
El adulto es color crema translúcido con dos puntos más oscuros sobre la cabeza, con las alas más largas que el abdomen.
Puede tener al menos siete generaciones desde septiembre a mayo.
Los inviernos benignos de los últimos años podrían haber favorecido a la supervivencia en cultivos como trigo, cebada, avena, centeno, pasturas y diversas malezas para luego colonizar el maíz siguiente.
Su monitoreo no es fácil, debido a su tamaño, movilidad y localización, principalmente en cogollos u hojas nuevas.
Los especialistas recomiendan acercarse cuidadosamente a monitorearlas evitando cambios de luz, ya que eso las altera, se mueven y no se las puede visibilizar.
El umbral de control se alcanza con tan solo uno a dos individuos por cogollo de maíz.
No obstante, la sola ocurrencia de la chicharrita no indica necesariamente la presencia de la enfermedad.
La proporción de infectados suele estar en torno al 10% o menos. Se recomienda seguir de cerca la evolución de la población para manejar la enfermedad.
Precisamente, el tema de preocupación es la chicharrita: comenzaron a aparecer las primeras cifras sobre el grado de afectación que podría tener sobre el maíz.
“Se hablan de unas 400.000 hectáreas afectadas, y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo en 2,5 millones de toneladas la producción. Esto incluye tanto la plaga, como el exceso de calor previo. No obstante, la zona en riesgo podría tener un universo de 5 millones de toneladas y la presencia de la plaga se extiende cada vez más”, profundiza Romano.
Las lluvias de la semana pasada generaron un freno a la trilla de maíz que venía a buen ritmo. “En efecto, la recolección sólo avanzó medio punto y a nivel país no llega al 4%. Viendo por zonas, Entre Ríos llevaba el 18%, mientras que en zona núcleo norte y sur estaba en 10% a 15%. Sobre el centro de Buenos Aires en general no llegaba al 1%”, puntualiza.
“Como esperábamos, entrados ya en la segunda quincena de marzo, comienzan a arribar con fuerza los buques, y dado que la trilla viene siendo cortada por lluvias, la cola de buques para cargar llegó a 2,4 millones de toneladas. Con 620.000 toneladas de ellas sobre puertos del sur. Ese volumen es importante para esos puertos, y se debe a que los buques deben completar carga en zonas de aguas profundas, pero allí todavía falta mucho para que llegue mercadería nueva”, continúa Romano con su análisis.
El investigador de la Universidad Austral recuerda, por otro lado, que queda mercadería remanente en acopios que aprovecharán la oportunidad para hacer espacio para la campaña que se avecina.
En lo que hace a precios, las lluvias comentadas, con buques llegando, llevaron a los compradores a hacer un esfuerzo para generar negocios de maíz, que se vio recompensado por un nuevo pico de ventas a precio por parte de productores.
“En la última semana se le puso precio a unas 600.000 toneladas de maíz, alcanzando niveles promedio para la fecha. Sin embargo, el total comprado con precio es de 5 millones de toneladas o 9% de la producción esperada. Lo normal es que para esta altura del año estemos en el 23%”, indica.
Soja, con buenas noticias
La esperanza llega de la mano de la soja en la que, durante febrero, la molienda mejoró a 2,3 millones de toneladas, un 51% más que el año pasado a la misma altura del año. “Una forma de explicar esto es que también ingresó mucha más cantidad de soja paraguaya. Ese país embarcó más de 1 millón de toneladas en febrero, más del doble que el ciclo previo”, manifiesta Romano.
Según profundiza el especialista, la condición de cultivos es buena a excelente en 31% y se trata de la mejor marca de los últimos cinco años. En cuanto a los cultivos de primera en zona núcleo, donde la recolección empieza a dar sus primeros pases, se ven rindes de 40/45 toneladas por hectárea.
“Los de segunda están en un 70% en fase de definición de rendimientos. Nos encontramos al mismo tiempo con 78% de la zona en condición de humedad de muy buena a óptima, con lo que las expectativas de rindes son elevadas”, añade.
Los compradores se mostraron más necesitados de mercadería y para activar las operaciones, llevaron el precio disponible a los 265.000 pesos que al tipo de cambio actual representa más de 310 dólares por tonelada.
“Es importante mencionar que falta algo más de un mes para que se generalice la cosecha en nuestro país, por lo que estamos viendo la última etapa del “cambio de cosecha” es de esperar que con el tiempo este valor, los 290 del Mercado a Término y la intención de la industria de marginar al menos 10 dolares por tonelada sobre una capacidad de pago de la industria de 275 dólares por tonelada podría llevar a precios que se unifiquen a la baja. La mejora de precios de las últimas semanas, que llevaron los valores de la zona de 270 a 290 -con estos premios comentados para la disponible-, hicieron que la comercialización acelerara a un ritmo de ventas promedio por primera vez en la campaña”, evalúa Romano.
Se operaron una 300.000 toneladas a precio, llegando a un total de 1,2 millones toneladas compradas. “Esto de todas formas equivale a solo 2,3% contra casi 12% promedio histórico para esta época del año”, concluye.