Los precios de los alimentos mostraron cierta estabilidad durante los últimos días de mayo y los primeros de junio, con una variación de 1,8% en la última semana. Un informe de PxQ advirtió que, a diferencia de la electrónica y los automóviles, los precios del sector alimenticio siguen anclados al valor del dólar oficial. Es decir, que en caso de una devaluación antes o después de las elecciones, idea cada vez más presente en la City, reaccionarán con un salto importante. Para las consultoras la inflación general rondó el 9% durante la totalidad de mayo y en junio los regulados y la inercia ya plantean un piso alto.
El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) publicó su informa semanal de precios en los supermercados. Allí destacó que en las grandes cadenas hubo una suba promedio de 1,5% entre el 29 de mayo y el 5 junio, un 0,1% más que la semana anterior. Desagregado, los alimentos frescos, y también los secos, anotaron una suba semanal superior al promedio (de 1,8%).
“La estacionalidad empieza a pegar fuerte en algunos sectores para la próxima semana, que va a incluir todos los elementos de junio, como alimentos secos, que son más demandados cuando empieza el frío”, explicó a BAE Negocios el economista de CESO, Cristián Berardi.
En este sentido, remarcó el impacto de la suba de los alimentos en los sectores de menores recursos: "Hay que tener en cuenta que la canasta básica alimentaria se compone entre el 60-70% de frutas, verduras y carne. Las frutas y verduras tuvieron subas semanales de 3% y la carne de 3,7%, entonces este componente afecta directamente a los que menos tienen, que consumen prácticamente todo su salario en poder alimentarse", comentó a este medio.
Por su parte, la consultora Eco Go llegó a un número similar de CESO. Su relevamiento del sector de alimentos en supermercados correspondiente a la primera semana de junio también exhibió una variación de 1,8% con respecto a la semana previa. "Con este dato y considerando una proyección de variación del 1,8% para las semanas restantes, la inflación de alimentos consumidos en el hogar en junio alcanzaría el 8,5% mensual", proyectó el informe de la consultora. Un resultado parecido publicó LCG hace unos días para mayo: una inflación mensual del sector alimentos y bebidas del 8% promedio.
El dólar oficial y el impacto en los alimentos
En simultáneo, un reciente informe de la consultora PxQ puso la lupa sobre a qué tipo de cambio están los precios en la economía argentina. De acuerdo a sus análisis, la consultora del economista Emmanuel Álvarez Agis llegó a la conclusión de que "a trazo grueso, los precios de los alimentos están al tipo de cambio oficial, mientras que los de la vestimenta y calzado, electrónica y automóviles, al paralelo".
Esto representa un problema importante en caso de una devaluación del tipo de cambio oficial, ya que aproximadamente el 30% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) está compuesto por la variación de precios de alimentos y bebidas. "Pensando solo en los efectos de primera vuelta de una unificación cambiaria, que implica una devaluación del tipo de cambio oficial de 100%, implica una aceleración de la inflación de 20 puntos porcentuales", advirtió PxQ.
La posibilidad de una devaluación es una idea que cobra cada vez más fuerza entre los actores del mercado, sobretodo con las elecciones a la vuelta de la esquina. Según el último Relevamiento a las Expectativas del Mercado (REM), la mediana de los consultados espera para abril de 2024 un tipo de cambio mayorista a $616,50. Comparado a los valores actuales, eso se traduce en un salto del 154,22% en el dólar mayorista.