El candidato del kirchnerismo Sergio Massa presentó su Presupuesto 2024 con un impuestazo que apunta directamente contra el campo argentino. El ajuste recae sobre la eliminación de exenciones impositivas de Bienes Personales, Ganancias y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), dentro de lo que se dio a conocer como “gastos tributarios”.
La Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias expresó su más frontal rechazo a las medidas impositivas que pretende desplegar Massa en caso de ser elegido Presidente. Las disposiciones amenazan la producción del sector más dinámico de la economía, el principal motor para el ingreso de divisas, y los miles de puestos de trabajo directos o indirectos que genera la actividad agropecuaria.
“Los temas incorporados en el documento, de ser modificados, significan un “impuestazo” fiscal para los productores. Esto, sin duda generará menor actividad, desaparición de productores y estancamiento productivo. Recordemos que dentro de la cadena la traslación impositiva se hace sobre el eslabón primario, como viene sucediendo largamente”, explica el comunicado de las entidades rurales.
El proyecto de Massa propone eliminar una serie de exenciones que afectarán al dramáticamente a la actividad del campo, y las cuales se pueden resumir en las siguientes:
- Extensión de los inmuebles rurales a los efectos del cálculo del impuesto a los Bienes Personales
- Imposición de IVA a los arrendamientos de tierras rurales
- Eliminación de la alícuota reducida en el IVA para carnes, frutas, legumbres y hortalizas
- Valuación de la hacienda para gravar por la tenencia de ganado
- Eliminación del cómputo como pago a cuenta del impuesto a las Ganancias por el 45% del impuesto a los combustibles
- Establecimiento de alícuotas para el impuesto de combustibles (hoy cargos fijos)
- Extensión del impuesto a los combustibles para alcanzar al biodiesel
- Extensión del impuesto a las Ganancias para gravar cooperativas y asociaciones civiles
Todo esto impactaría de lleno en la producción agropecuaria y encarecería enormemente el costo tributario de las operaciones. Asimismo, la gestión de Massa mantuvo las retenciones agropecuarias inalteradas para los principales productos de exportación, como la soja, el trigo, el maíz, la cabeza, el girasol y los productos derivados (aceites, harinas, etc). Todos estos productos son gravados por tasas de entre 5% y 33% cuando son exportados.
El campo debe soportar, además, el costo de no percibir el verdadero tipo de cambio de mercado para liquidar las divisas de sus exportaciones. Massa estableció un tope del 30% para la liquidación al dólar CLL, y el remanente debe pasar por el tipo de cambio oficial (fijado en $350 para el segmento mayorista).
Todo esto deja un dólar implícito apostado en un valor cercano a los $500, lo cual supone una brecha del 85% con respecto al valor al que podría exportar el campo si no hubieran restricciones cambiarias para la compra y venta de divisas.
Por otra parte, la importación de insumos básicos también se encuentra severamente restringida en la economía de Massa. El sistema SIRA (lanzado en octubre del año pasado) denegó hasta el 99% de los permisos de importación solicitados en los últimos meses, muchos de los cuales se efectuaron para financiar la compra de combustibles y maquinaria.