La canasta alimentaria es cada vez más cara, algunos productos de primera necesidad son casi inaccesibles. En las últimas semanas, algunas frutas y verduras subieron de manera abrupta, también los huevos.
Se hace casi imposible acceder a productos de primera necesidad y cada vez hay que bajar más la calidad de los alimentos para llegar a fin de mes. En algunos puestos de los diferentes mercados salteños se ofrece el kilo a $500 cuando hace unas semanas atrás, el precio oscilaba en los $150 pesos.
“El tomate de excelencia debería tener un costo de 1.000 pesos el kilo en Salta, pero ese tomate va hacia Buenos Aires en su gran mayoría”, dijo uno de los puesteros del mercado ubicado en la Avenida San Martín.
Algunos puesteros tienen el kilo de tomate en $350, son más pequeños o que están muy maduros para el consumo inmediato. Otros el kilo lo tienen a $400. Es cuestión de ir puesto por puesto para buscar el mejor precio, aunque en ninguno de los consultados está por debajo de los $ 350.
La docena de banana es la fruta que también tiene variedad de precios. Se puede conseguir en 400 pesos la docena o a 600. Todo depende del puesto. El limón en tanto pegó un pequeño salto y se consigue a 200 pesos la docena, cuando hasta fines de abril la misma cantidad se podía comprar en 100 pesos. Otra fruta de estación que todavía está con un precio bastante oneroso es la mandarina cuya docena oscila entre los 400 a 500 pesos.
Hay frutas y verduras que mantienen sus precios estables, el caso de la papa que se puede conseguir el dos kilos por 300 pesos o un kilo por $ 200. La lechuga es otra de las que mantienen el precio en sus diferentes variedades, la mantecosa, repollada y la crespa, van de los 100 pesos a los 150.
Los huevos subieron en una variable de entre los 200 a 300 pesos. La bandeja de 30 de seleccionados se puede conseguir entre los 1200 a 1400 pesos. Los grandes de 20 unidades a 1.100 o 1.200.
Lo cierto es que cada vez que los jefes de una familia salen al mercado para abastecerse para la semana, deben sumarle al presupuesto siempre un poco más para conseguir los mismos alimentos o comprar menos con el mismo dinero de siempre.
