El Banco Central República Argentina sigue sumando reservas y deuda. Los dólares acumulados ya llegan a suman 26.640 millones, y la emisión de deuda en Bopreal sumaría u$s6.640 millones, lo cual deja un neto de reservas bastante ajustado respecto a los que recibió (u$s21.209 millones).
La circulación monetaria al momento de asumir Javier Milei ascendía $6,6 billones, y al día 8 de febrero sumaba $7,7 billones, hay que tener presente que se emitió para comprar dólares.
Por inflación, crece la venta de dólares y la divisa ya no es objeto de deseo
Los pasivos monetarios remunerados al 10 de diciembre de 2023 suman $22,9 billones, mientras que al 8 de febrero suman $33,6 billones, y aquí está el problema a resolver, ya que están aumentando a alta velocidad.
El dólar de equilibrio al momento de asumir el 10 de diciembre de 2023 era de $1.558, mientras que en la actualidad el dólar de equilibrio se ubica en $1.667.
Todos estos números hay que dejarlos de mirar, porque la realidad es que el Gobierno ya no tiene déficit fiscal y no tiene necesidad de emitir. El aumento de las tarifas le quita rentabilidad a las empresas, los aumentos de precios generan una alta recesión, y no hay pesos en el mercado.
El precio del dólar se ahoga ante la falta de pesos, no hay billetes para salir a capturar el precio del dólar blue, y se recurre a la venta del dólar MEP o CCL para salir a buscar liquidez y cubrir el rojo de las empresas.
Las ventas en los comercios se están realizando a través de medios de pagos electrónicos o tarjetas, producto de la falta de billetes y los elevados precios, esto hace que el mix de venta formal se incremente y cambia las ecuaciones de venta, lo que determina menos rentabilidades, y más ajuste de precios en la economía.
En este contexto, tenemos dólares ofertados y alta liquidez de pesos en el sistema, pero no billetes en la calle. En este contexto, el mix de inversiones cambia, y vamos a una transformación del mercado.
Ni plazo fijo ni dólares: en qué conviene invertir
La tasa de interés de plazo fijo en el 110% anual no es cautivante, muchos se vuelcan al plazo fijo en pesos ajustado por inflación, que esta con un tope de $5 millones, y que muchos bancos lo tratan de eludir porque no saben que hacer con dinero indexado por inflación.
Por ello, notamos que hay una gran demanda de bonos en pesos ajustados por inflación, siendo el más económico el TX26, que es un bono cuyo valor técnico es de $1.000, mientras que su cotización en plaza es un 20% más alta, siendo el precio que tiene que pagar el inversor para acceder a un flujo de fondos indexado por inflación y que paga una tasa del 2,0% anual. Este bono paga amortización en 5 cuotas mensuales y consecutivas del 20%.
El bono TX28 tiene un valor técnico de $1.000, pero su valor en bolsa es un 35% más alto, esto no responde a su fecha de vencimiento que es más larga que el TX26, se debe a que la amortización del título opera a partir del mes de mayo en 10 cuotas semestrales y consecutivas.
El DICP es un bono que paga amortización y renta del 5,83% anual a partir de junio del año 2024 en 20 cuotas semestrales y consecutivas del 5,0% del capital, y es otra alternativa positiva para el inversor, aunque de más largo aliento.
Conclusiones
El dólar está dejando de ser objeto de deseo, la plaza está muy ofertada y difícilmente pueda subir en la medida que no retorne la liquidez al mercado. Para expresarlo mejor, puede subir, pero difícilmente lo haga a igual ritmo que la inflación.
La inflación difícilmente ceda en forma repentina, creemos que vamos a tener inflación de dos dígitos hasta abril o mayo, luego será de un digito, pero alta, queda mucho espacio para recomponer tarifas, y la recesión como mínimo duraría 6 meses.
Para el segundo semestre del año 2024, Argentina debería lograr un nuevo acuerdo con el FMI, por eso para esa fecha se espera una re-adecuación de muchos precios en la economía, y especialmente en materia financiera.
La baja del dólar futuro nos muestra que no está en el horizonte inmediato una devaluación del peso, el dólar mayorista seguirá un sendero de micro devaluaciones hasta el segundo semestre del año 2024.
La compra de bonos en pesos parece el mejor camino, y las acciones el sendero de la esperanza de un gran negocio a futuro, que pronto desarrollaremos.