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Para los privados, la inflación bajará en febrero, pero la desaceleración sería más lenta de lo esperado

A pesar de la reducción de enero, los números del segundo mes del año seguirán altos. Los especialistas advierten que se puede pensar en un IPC de un dígito mensual pasada la segunda mitad del 2024.

Para los privados, la inflación bajará en febrero, pero la desaceleración sería más lenta de lo esperado

Tras la difusión del dato de inflación de enero, el Gobierno trabaja con escenarios que prevén una desaceleración de los precios en los próximos meses. En la misma línea, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publicó el Banco Central mostró que el consenso entre los analistas apunta a 18% en febrero; de 15,3% en marzo y de 13% en abril.

 

A pesar de la reducción de enero y la que se proyecta para este mes, los números seguirán altos. “En Eco Go prevemos una desaceleración de la inflación más lenta de lo que el Gobierno espera. Para febrero nuestra proyección es de 14,7% y entendemos que marzo seguramente esté por encima”, afirmó Lucio Garay Méndez, economista de esa consultora.

“Febrero se presenta como una pausa en unos meses que serán complicados en materia inflacionaria”, anticipó Garay Méndez. Y entre los factores que presionarán sobre el número de marzo, el analista mencionó los aumentos previstos en combustibles (por la actualización del impuesto más lo que puedan querer recomponer las petroleras); el transporte y la energía, en línea con el plan del Gobierno de reducir subsidios; y los costos educativos que tienen “un importante margen por recuperar”.

Por su parte, Nicolás Alonzo, economista del estudio OJF, consideró que febrero será un mes “bastante caliente”, aunque el dato probablemente sea menor al de enero. “Durante la primera semana del mes registramos una variación intersemanal de 5,7%, consecuencia de la actualización de muchos precios regulados”, explicó, en referencia a los ajustes en transporte, combustibles y prepagas, entre otros.

“De esta forma, parece difícil pensar que la inflación de febrero pueda ser menor al 15%, validando nuestro escenario de un arranque de año con números muy negativos. Lógicamente, es esperable que haya cierto sesgo a la baja porque el impacto de la devaluación se irá diluyendo, pero no sería extraño que el trimestre finalice con una inflación interanual bastante por encima del 300%”, adelantó.

La consultora LCG, que mide semanalmente los precios de los alimentos, indicó que ese rubro promedió una suba semanal de 2,5%, que equivale a una tasa del 10%. “Sobre esto, en febrero correrá la suba de transporte en el AMBA (+250%) que suma 10 puntos porcentuales de inflación. También se agregarán nuevas subas en combustibles por la corrección del atraso que viene sufriendo el impuesto con efectos de primera y segunda ronda, y la eventual suba de tarifas de electricidad y gas, también con impacto progresivo en los próximos 4 meses”, añadieron.
Inflación 2024: cómo seguirán los precios en los próximos meses

Para los próximos meses y en un contexto de fuerte caída en el consumo, Garay Méndez afirmó que la corrección en la distorsión de precios relativos presionará a la inflación, pero la caída en los salarios reales y la licuación de los pesos hace que la demanda le ponga un techo a la inflación núcleo, es decir, aquella que no mide el impacto de precios estacionales y regulados.

“Como un dato adicional, creo que hay que seguir de cerca la cosecha, ya que la oferta de dólares determinará en que medida el Gobierno pueda acumular reservas, pero, también, hasta qué punto puede contener la brecha cambiaria”, apuntó el economista de Eco Go. De todos modos, afirmó que, por la magnitud del ajuste, la inflación podría llegar a un dígito hacia mitad de año.

 

Los combustibles aumentaron en febrero y volverán a subir en marzo por la actualización de un impuesto. (Foto: Télam).
Los combustibles aumentaron en febrero y volverán a subir en marzo por la actualización de un impuesto. (Foto: Télam)

En la misma línea se manifestó Alonzo, que también espera un contraste fuerte entre los números del primer semestre y los del segundo. De todos modos, el economista resaltó la alta volatilidad que afecta a la economía argentina.

“Todavía quedan muchos precios de servicios rezagados, y no es claro cómo se instrumentarán los ajustes. Esto es particularmente cierto para las tarifas energéticas. Por otra parte, también hay mucha incertidumbre respecto al rumbo de la política cambiaria actual. Si bien hay mucho debate al respecto, existe una clara inconsistencia entre el ritmo de devaluación del 2% mensual que propone el Gobierno y la nominalidad de la economía”, apuntó, en línea con la escalada de precios.

Finalmente, desde LCG dijeron que no ven “un sendero de desinflación tan auspicioso como el que prevé el ministro” Luis Caputo. “Nuestra proyección se sostiene en niveles en el entorno de 20% mensual hasta marzo y probablemente demande una nueva corrección del tipo de cambio oficial para evitar terminar de erosionar la ganancia de competitividad lograda con la devaluación de diciembre”, afirmaron los analistas de esa consultora.

 


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