Para el mundo, Argentina ya no es libre de influenza aviar, luego de la confirmación del caso positivo de una ave de corral en Río Negro, por lo que se suspendieron las exportaciones de carne de pollo. Esto, más allá de que la producción local no tiene una gran incidencia en la exportación nacional, afectará a toda la industria con la sobreoferta y su efecto dominó.
"Somos libre de influenza desde siempre y no habíamos perdido ese status nunca", contextualizó Martín de los Ríos, ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, y aclaró que "al menos en la historia contemporánea".
La pérdida de este sello sanitario, que permite la libre comercialización de la carne de pollo, explicó Martín de los Ríos, afectará a toda la cadena de comercialización. En Salta hay tres productores habilitados: Pollos Sofía, en Güemes, que fue habilitada a nivel nacional por el Senasa; La Florinda en El Carril y Quiroz en Tartagal; estas últimas habilitadas por la provincia. Entre las tres, en enero produjeron un millón de pollos, pero la única que exporta es Sofía. En este mapa productivo, indicó De los Ríos, el impacto directo de la suspensión de exportación de carne de pollo no será de gran incidencia, pero si, advirtió, impactará de manera indirecta.
A nivel nacional, afirmó el funcionario, entre el 28 y el 30% de los que se produce de carne avícola es para la exportación. Y acá viene el problema, ya que al no poder comercializarse ese stock se volcará al mercado interno y puede producir la caída de los precios por la sobreoferta", explicó. El ministro indicó que este daño, en una industria que viene con "precios atrasados", ya que no se actualizaron como debieran los costos productivos que incluye el aumento del maíz, conforman un "combo muy complejo para la cadena cárnica". De los Ríos se adelantó en las críticas de "doña Rosa" en cuanto a los precios, y aseguró que si bien puede percibirse que la carne, tanto la de pollo como la bovina están caras, es "porque nuestra plata no vale nada".
Este panorama, en consecuencia, afecta a toda la industria y por estos días desde el Ministerio de Producción reforzaron el diálogo con los productores que comunicaron su preocupación, ya que, indicó el funcionario, a esto hay que agregarle los costos extras que demanda extremar los protocolos de bioseguridad en los establecimientos comerciales. "Están todos preocupados que no vaya a entrar la influenza en algún establecimiento", contó.