Las canastas de pobreza e indigencia marcaron en enero una inflación del 7,2% mensual y los analistas anticipan que ambas variables sociales tuvieron un importante incremento en el último semestre debido al rezago de los ingresos frente a la inflación. La variación estuvo por encima del IPC correspondiente al mismo periodo, por lo que reflejó una continuidad en el proceso regresivo que caracterizó a los aumentos durante el año pasado a pesar de los intentos del Gobierno por reforzar los controles.
El INDEC informó este martes que una familia de cuatro integrantes, comúnmente conocida como “tipo”, precisó en enero $72.043 para adquirir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y no ser indigente. Mientras, ese mismo hogar requirió $163.539 para cubrir la Canasta Básica Total (CBT) necesaria para no ser pobre. En ambos casos la variación respecto a diciembre fue del 7,2% y estuvo arriba del 6% que marcó la inflación. No obstante, el aumento interanual fue de 109,8% para la CBA y de 108% para la CBT, tambíen por encima del IPC.
El director de Eco Go, Sebastián Menescaldi, destacó: “Claramente el impacto en precios de los alimentos terminó siendo más complicado para los sectores de menores ingresos. En las cestas hay una fuerte ponderación de frescos, como la carne y las verduras que aumentaron fuerte en enero y seguirán pegando este mes. Este proceso será recesivo, con un alza de la pobreza y la indigencia. Porque los hogares más vulnerables destinan mayor parte de su ingreso a los productos básicos”.
Al respecto, el economista del Cedlas, Leopoldo Tornarolli, comentó: “No hay paritaria que se haga mirando al IPC que no pierda feo con las canastas. La indigencia y pobreza van a seguir hacia arriba en enero de 2023”.
En ese sentido, para el departamento de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella (Utdt) la pobreza finalizó en 40,5% en el semestre móvil agosto-enero. Así el indicador de la casa de estudios, que busca aproximarse al que publica semestralmente el INDEC, marcó nueve subas consecutivas y una tendencia preocupante para el Gobierno sobre todo en un año de elecciones.
Vale recordar que en el primer semestre del año pasado, según el organismo estadístico oficial, la pobreza fue de 36,5%. Pero superar el 40% implicará que el indicador vuelva a mostrar niveles similares a los del mismo período del 2021 en plena salida de la pandemia.
El otro dato que puede empeorar es el de indigencia, que durante el período enero-junio del 2022 saltó al 8,8% y alcanzó a 2,6 millones de personas relevadas en la EPH. Esa noticia había derivado en septiembre pasado el pedido de la vicepresidenta Cristina Kirchner por un control más efectivo del Ministerio de Economía en los precios y los márgenes de ganancia de las empresas.
A finales de noviembre fue lanzado por el ministro de Economía, Sergio Massa, Precios Justos con 2.000 productos de consumo masivo con valores congelados y una pauta del 4% mensual para más de 30.000 artículos. El programa fue renovado a principios de este mes con 15 rubros y más de 50.000 ítems a una pauta del 3,2% mensual en busca de llevar las expectativas de inflación a ese rango.
El problema es que los artículos incluídos en el programa oficial se encuentran en grandes superficies de ventas y los sectores de menores ingresos realizan la mayor parte de sus gastos en comercios de cercanía en donde encuentran los mismos productos con más del 100% de diferencia en algunos casos.