El 2022 cerró con una inflación del 94,8%, por lo que el consumidor debería esperar pagar por el mismo producto el doble de lo que pagó el año pasado. Sin embargo, el zapallo, el queso y la humita se triplicaron. El kilo de zapallo el año pasado no pasaba los $100, costaba entre $80 y $90, y este año llegó a los a $400. El queso criollo de vaca, en tanto, pasó de costar $650 el kilo a $1.800.
Caso especial es la humita, que se triplicó pasando de $200 cada una en los lugares más accesibles, a trepar a $600 en el mercado San Miguel. Si se tiene en cuenta el aumento del precio de los choclos, formador de precios de la humita, que se registra alrededor del 100%, no se entiende por qué el plato típico se triplicó. Los choclos blancos, uno de los productos más demandados de la época, pasó de $500 la docena a $1.000, mientras que el amarillo aumentó un poco más del doble , de $400 la docena pasó a $960 ($80 cada uno).
Por otro lado, los alimentos que aumentaron casi al ritmo de la inflación fueron los pescados: el sábalo pasó de $450 el kilo a $840 en pescaderías céntricas, en tanto que en las de barrio llega a $950. La merluza también se duplicó al ritmo de la inflación, pasó de $750 a $1.400. Mientras que el surubí está a $2.100, el atún a $1.750, el pejerrey a $1.550 y el pacú despinado a $2.500. La opción B para los platos de la época son también los que llevan mariscos congelados que se suelen vender por bandeja, y que también aumentaron casi a la par de la inflación, el medio kilo pasó de $890 a $2.000.
Mientras que los que aumentaron por arriba de la inflación aunque no llegan triplicarse y se elevaron alrededor de un 150% fueron el queso de cabra, que pasó de $800 a $2.000, y el tybo, que costaba $600 el kilo y ahora $1.540.
Los huevos, en cambio, a pesar del contexto de la gripe aviar, son los que menos aumentaron, a contramano del año pasado, ya que durante febrero habían sufrido un incremento entre un 60 y 70%. En el 2022 cada huevo costaba $25 y ahora están a $30.
Fuente Silvia Noviasky para El Tribuno