El equipo técnico del Fondo Monetario Internacional continúa negociando esta semana de forma virtual con los funcionarios de Economía, pero aún no hay novedades sobre el desembolso de al menos US$10.000 millones que busca el Gobierno para aliviar la dramática caída de reservas.
Un portavoz del organismo dijo este lunes que “los técnicos del FMI y del ministerio de Economía continúan trabajando constructivamente para fortalecer el programa respaldado por el Fondo en el contexto de la sequía muy severa”.
“Las discusiones están en curso de manera virtual y se espera que los equipos tengan varias reuniones esta semana para avanzar con el programa”, agregó.
Hace ya casi un mes, el ministro Sergio Massa y la número dos del Fondo, Gita Gopinath, acordaron en Washington revisar el programa original firmado por el ex ministro Martín Guzmán porque no podía ser cumplido tal como estaba. La grave sequía que azota el país fue la causa mencionada para “poner todo sobre la mesa” otra vez, mientras que las reservas caían y la inflación se desbordaba, dos variables que aún no logran ser controladas.
El ministro Massa busca un salvavidas que le permita oxigenar la economía antes de las PASO y que a la vez le de un sostén político si se lanzara como candidato a la presidencia por el Frente de Todos.
El Fondo está dispuesto a ayudar, pero no se sabe aún cómo. Podrían aliviarse más metas (ya flexibilizaron la de reservas, pero incluso podrían hacerlo aún más), diferir vencimientos y otras maniobras.
Pero la mayor esperanza del ministro es que el Fondo le adelante los desembolsos previstos hasta fin de año –que suman alrededor de US$10.000 millones— para poder transitar con más tranquilidad y dinero fresco los meses preelectorales.
El Fondo, vale aclarar, no ha dicho nada sobre qué se está negociando. No quiere que la economía argentina explote, pero duda de otorgar tamaña suma de dinero en un momento en el que existen altas posibilidades de que se esfume rápidamente en el fragor de los comicios. Además, si bien Estados Unidos ha dado luz verde para una modificación del programa, otros miembros del directorio observan con desconfianza los pedidos constantes de Argentina.
Massa tenía previsto resolver el tema en dos semanas, pero el tiempo se extiende y no hay novedades. Si bien las negociaciones siguen online, no parece por ahora que el cierre sea inminente. Los técnicos argentinos iban a venir a Washington la semana pasada para afilar los últimos detalles, pero viajaron a Brasil para intentar un alivio que no funcionó.
Mientras las reservas siguen cayendo y continúan las negociaciones, el ministro concretó estos días alguno de los puntos que están acordados en el programa original con el Fondo: aplicó la reestructuración de los subsidios eléctricos y subió al ritmo de la inflación el dólar oficial.
Pero, más allá del apuro del Gobierno, el nuevo programa aún está sin definirse. Hay que reconocer que tampoco es fácil: cualquier variable que se toque del programa implica recalibrar todos los números, mientras que la economía argentina sufre cambios vertiginosos todos los días.