De acuerdo a los datos de las estimaciones de inflación de las consultoras privadas, el último mes de 2022 el índice mensual cerró por encima del 5% y el año cerrará con un porcentaje total de entre 95% y 97 por ciento. Con estas cifras estimativas, el año pasado cerró entonces con el índice de inflación más alto desde 1991, cuando el índice anual -aun en la etapa previa a la convertibilidad- fue de 83,9 por ciento.
Los pronósticos para los primeros meses de 2023 muestran una baja en los niveles de suba de precios en alimentos y bebidas pero al mismo tiempo, una larga lista de aumentos de precios en servicios regulados como transporte, combustibles, tarifas de energía y agua, medicina prepaga, telecomunicaciones, entre otros, que también pondrán un piso de 5% para el índice mensual.
Según el relevamiento de la consultora EcoGo, la inflación mensual de diciembre fue de 5,2% y, por lo tanto, el año cerrará con un alza de 95%. “Enero viene con un set de aumentos de precios regulados importante que puede acelerar las subas. En febrero hay que ver que puede pasar con el tema de la cosecha y el frente financiero. El 5% va de piso aunque los alimentos se hayan moderado”, explicó Sebastián Menescaldi, socio de la consultora.
Desde Analítica, proyectaron una inflación para diciembre de 5,4% y del 95,3% en la medición interanual. El economista Claudio Caprarulo también coincidió en poner un piso alto para los aumentos de los próximos meses: “Por el momento no tenemos ninguna variable que nos permita proyectar una inflación mensual menor al 5 por ciento”, dijo.
El relevamiento de C&T mostró que el rubro de mayor suba mensual fue esparcimiento, impulsado por el turismo, que tiene un pico durante esta época por el comienzo de la temporada de verano. Le siguió educación por el ajuste autorizado por el gobierno a los colegios del Gran Buenos Aires.
En vivienda se destacó el aumento de las expensas por el efecto del aguinaldo y el bono para los encargados de edificios. En salud, al sostenido incremento de los medicamentos, se sumó un ajuste de 6,9% en las prepagas. En equipamiento y mantenimiento del hogar se destacó el aumento de salario de las empleadas domésticas.
“Siguiendo con la moderación de noviembre, alimentos y bebidas fue el rubro de menor incremento en el mes, con 3,8%. Las bebidas, los aceites, las frutas y los derivados de la harina aportaron a esa moderación, mientras que la carne retomó la suba”, analizó Camilo Tiscornia, socio de la consultora.
Para LCG, el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual del 3,3% promedio en las últimas cuatro semanas del 2022 y 3,5% punta a punta en el mismo período. Con todo, en la cuarta semana de diciembre, la suba de precios de los alimentos promedió 0,83%, una aceleración de 0,65 puntos porcentuales respecto a la semana anterior.
Por último, desde Libertad y Progreso proyectaron una suba mensual en diciembre de 5,2%. Con esto, el año cierra con una inflación de 94,9%, la más alta en tres décadas.
“El rubro de Alimentos y Bebidas, el de mayor ponderación en el IPC con 23% de la canasta, tuvo una suba mensual de 4,2%. Aquí habría influido coyunturalmente el lanzamiento del programa ‘Precios Justos’; los programas de congelamiento de este tipo suelen tener una incidencia mayor en el primer mes de lanzamiento y luego erosionan rápidamente su impacto”, explicaron.
“Si bien el IPC mostró una desaceleración en los últimos meses, la realidad es que los pisos de la inflación mensual son cada vez más altos. En 2020 el piso fue de 1,5%, en 2021 de 2,5% y ahora el piso ronda 5%. Esto nos marca una tendencia de depreciación cada vez más acelerada de nuestra moneda. De cara al primer trimestre del 2023 proyectamos que el IPC vuelva a mostrar crecimientos mensuales entre 5,5% y 6,0%, reflejando las dinámicas fiscales y monetarias de fondo. Y además aportarán a la suba las subas de precios regulados, en particular del Transporte y de tarifas de servicios públicos”, dijo Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso