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Recesión: la inversión se derrumbó y perdió participación en el PBI

El consumo cayó fuerte, según el primer dato oficial de la gestión Milei. Sin embargo, la inversión mostró un desempeño incluso peor y perdió participación relativa sobre el total de la producción del primer trimestre.

Recesión: la inversión se derrumbó y perdió participación en el PBI

La inversión fue la principal afectada por el ajuste: cayó 12,6% desestacionalizado, según el primer dato oficial de la gestión del presidente Javier Milei, correspondiente al primer trimestre. El consumo también se redujo un 2,6% desestacionalizado, tal lo esperado luego de la caída del salario del 15,2% real entre diciembre y marzo. Sin embargo, la inversión tuvo un desempeño ostensiblemente peor: perdió participación sobre el total del PBI y llegó a una de apenas 16,2%, la más baja desde lo peor de la cuarentena. Con el consumo y la inversión cayendo, el ajuste fiscal no ayudó a contrarrestar la dinámica y el PBI anotó una baja de 2,6% en el primer trimestre del año.

 

En la comparación interanual, la baja del PBI fue de 5,1%, un número extraordinario. Desde la pandemia no se veía una contracción de semejante índole en la actividad económica. Observado desde la demanda agregada, suena lógico. El consumo es el factor que más participación tiene sobre el total del PBI y cayó un 6,7% interanual y 2,6% trimestral, de la mano de la baja del salario de 15,2% real entre diciembre y marzo, que se sumó a la pérdida de 150.000 puestos de trabajo en la comparación interanual.

La inversión es la otra clave, determinante para prever las capacidades productivas a futuro y la caída fue mucho más fuerte: al 12,6% desestacionalizado en el primer trimestre lo acompaña una contracción de 23,4% interanual. Se perdió casi un cuarto de lo que se invertía un año atrás. Para colmo, en el total la inversión perdió participación en el PBI, lo que llevó al consumo a ganar más lugar todavía en la torta.

Más allá del primer trimestre, los datos no ayudan a proyectar mejoras para la inversión. Los números del balance de bienes hasta mayo mostraron fuertes caídas en las importaciones, traccionadas principalmente por las destinadas a la producción: en mayo las compras externas cayeron un 32,8% interanual y un 4,3% mensual desestacionalizado (por cierto, la sexta contracción al hilo desde diciembre). Las bajas más fuertes se vieron en las importaciones de bienes de capital, que cayeron 33,2% anual; en los insumos, que cayeron 26,4%; y en las piezas de bienes de capital, que cayeron 28,1%.

Al panorama de la demanda agregada lo acompaña el consumo público, que en pleno ajuste fiscal cayó 5% interanual y 0,8% mensual. Tal como destacó el director de Analytica, Claudio Caprarulo, “El gasto público suele usarse en las crisis para dinamizar la demanda y revertir el ciclo, un camino vedado por la falta de financiamiento y el plan que trazó el gobierno”. En cuanto al sector privado, Caprarulo remarcó: “ La fuerte contracción de la inversión y el aumento del desempleo dan cuenta que la producción se ajusta a una menor demanda. La leve recomposición de los salarios privados registrados puede ayudar pero la masa salarial seguirá siendo más baja. Y con las exportaciones no alcanza”.

Justamente, al panorama de la demanda agregada lo completó la exportación, que anotó una suba de 26,1% interanual y de 11,1% trimestral, lo que, tal lo dicho, no alcanzó para moderar la baja del PBI.

La mirada sobre cómo quedó compuesto ahora el PBI a precios corrientes mostró que el consumo, pese a su fuerte caída tanto respecto a un año atrás como contra el último trimestre del 2023, pasó a explicar el 72,1% del producto (era el 71,9% hace un año). El consumo público cayó a 14,6%, de la mano del ajuste fiscal (era 16,5% hace un año). Las exportaciones ganaron terreno y subieron hasta llegar al 17,1% (contra 12,8% hace un año). Y la inversión cayó hasta el 16,2% (era 18,6%). Las importaciones restaron un 14,3% (era 14,6% el año pasado y el resto lo explica la variación de existencias y la discrepancia estadística).


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