Los vendedores que van desarmando el "canuto" para poder pagar las cuentas no ocultan su decepción. Por primera vez en lo que va del año, el dólar blue está a punto de quebrar el piso de los $ 1.000.
En la mayoría de las cuevas de la city porteña la cotización que manda es $ 1.030 para los que van a comprar (20 pesos abajo del cierre de ayer) y $ 1.000 para los que van a vender.
Pero ante el exceso de oferta, motivado por los argentinos que tal como expresó el presidente Javier Milei días atrás salen a vender dólares para enfrentar sus gastos, algunos arbolitos ofrecen comprar los verdes "cara grande" a $ 990.
La última vez que el informal cotizó abajo del los $ 1.000 fue a finales del año pasado. El 26 de diciembre cerró a $ 985.
Pero desde ese día hasta hoy la inflación acumulada oscila el 35%, lo que da cuenta de que en términos reales la cotización actual del blue es más baja que la que exhibía hace dos meses.
El blue tocó su pico el 23 de enero pasado, cuando llegó a los $ 1.255. Desde entonces viene retrocediendo.
¿Por qué baja el dólar blue?
"El dólar dejará de ser objeto de deseo, los argentinos tienen U$S 200.000 millones atesorados, van a tener que usarlos en el año 2024 para financiar la brecha que tendrán entre ingresos y gastos", postula el economista Salvador Di Stéfano.
El dólar informal no es el único que viene retrocediendo en febrero, lo mismo ocurre con los dólares financieros. El contado con liqui (CCL), la vía por la que se dolarizan las empresas, cedió 14%, aunque en el año aumentó 10%. Hoy cotiza a $ 1.071.
Por su parte el dólar MEP, que se negocia en la bolsa porteña cayó 12% en febrero y repunta 3,8% en el año, para venderse a $ 1.032. Con este registro está incluso por debajo de la trayectoria del tipo de cambio oficial, que subió 4,2% en el bimestre. Al igual que el blue, los tres se despegan de la trayectoria de la inflación.
Las cotizaciones paralelas caen porque tanto las empresas como los particulares se transformaron en demandantes de pesos en un economía golpeada por la licuación que la inflación provoca sobre los ingresos.
Esto se potencia porque el mercado atraviesa un período en el que se registra un mayor ingreso de dólares por la liquidación de los exportadores, con poca demanda de importadores. Esta menor demanda está motivada por dos razones. La primera es que aunque el Gobierno abrió el grifo de dólares para los importadores, todavía sigue limitando el acceso a las divisas. La segunda es que por la recesión hay menos capacidad de compra y buena parte de los productos importados quedan fuera del alcance de los bolsillos.
Cede la brecha cambiaria
Con la baja de los dólares alternativos también cae la brecha cambiaria. Para el blue, donde llegó a tocar el 180% en octubre pasado, hoy se ubica en 22% y para el contado con liqui, donde había superado el 100%, está en 28%.
La disminución de la brecha a su vez potencia la caída de los dólares, porque transmite la idea de que ahora el mercado no está dispuesto a dolarizarse a cualquier precio porque bajan las expectativas de que el tipo de cambio oficial tenga una corrección marcada en los próximos dos meses.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) marcan que "el principal dólar financiero acumula una caída de 33,8% real desde el máximo de la gestión Milei de $ 1.623 alcanzado el 17/01. Así las cosas, se hundió a su nivel más bajo desde fines de 2019, quedando apenas 0,6% por encima del promedio de 2014-2024 de $ 1.069 en términos reales".
¿Hay margen para que el dólar siga bajando?
El dólar blue tiende a moverse en sintonía con los dólares financieros. Para los analistas, no hay señales inmediatas de un repunte de estos dólares, aunque prevén que para mantener la estabilidad hará falta aplicar correcciones de fondo en la economía.
"Si bien en un escenario muy optimista el CCL tendría espacio para seguir comprimiendo, ya que el promedio de 2017 (mejor año de la gestión Macri) es de $ 587, creemos que todavía faltan fundamentos para volver a estos niveles", señalan desde PPI. "A nuestro criterio, resta el delivery de resultados fiscales y la presentación de un plan de estabilización. Considerando este elemento y que las depreciaciones suelen ser muy abruptas, nos mantenemos cautos con el carry trade", advierten.
Sin embargo, apuntan que "mientras la brecha se mantenga en niveles relativamente bajos, la liquidación de los exportadores fluirá. Por ende, el flujo podría ganarle a los fundamentals en el corto plazo, poniéndole un techo a la cotización del CCL y extendiendo su tendencia a la baja".