Los scones son unos deliciosos panecillos de origen británico que se pueden disfrutar en el desayuno, la merienda o el té. Son muy fáciles de hacer en casa y solo necesitas unos pocos ingredientes que seguro tienes en tu cocina.
Además, son muy versátiles y se pueden rellenar o acompañar con lo que más te guste: mermelada, queso, chocolate, frutos secos, etc. En esta nota te enseñamos cómo hacer scones caseros en 30 minutos o menos con una receta fácil, rápida y económica.
Ingredientes para 12 scones:
250 g de harina de trigo
50 g de azúcar
1 cucharadita de levadura química o polvo de hornear
1/4 de cucharadita de sal
75 g de mantequilla fría
125 ml de leche
1 huevo (opcional)
Un poco de leche o huevo batido para pintar los scones (opcional)
Preparación:
Precalienta el horno a 200°C y engrasa una bandeja para hornear o cúbrela con papel vegetal.
En un bol grande, mezcla la harina, el azúcar, la levadura y la sal. Añade la mantequilla fría cortada en trocitos y trabaja la mezcla con las manos o con un tenedor hasta obtener una textura arenosa.
Haz un hueco en el centro de la mezcla y vierte la leche. Si quieres, puedes añadir también un huevo batido para que los scones queden más esponjosos. Mezcla todo con una espátula o una cuchara de madera hasta formar una masa suave y homogénea. No la amases demasiado para que no se endurezca.
Espolvorea un poco de harina sobre una superficie limpia y estira la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 2 cm. Con un cortador redondo o un vaso, corta círculos de masa y colócalos sobre la bandeja para hornear, dejando un poco de espacio entre ellos.
Si quieres, puedes pintar los scones con un poco de leche o huevo batido para que queden más dorados y brillantes. También puedes espolvorear un poco de azúcar por encima si te gustan más dulces.
Hornea los scones durante unos 15 minutos o hasta que estén ligeramente dorados por encima. Déjalos enfriar sobre una rejilla y disfrútalos tibios o fríos con lo que más te apetezca.
Puedes sustituir la harina de trigo por harina integral, de avena o sin gluten si tienes alguna intolerancia o prefieres una opción más saludable.
Puedes añadir a la masa trocitos de chocolate, pasas, arándanos, nueces u otros ingredientes para darle más sabor y textura a tus scones.
Puedes conservar los scones en un recipiente hermético durante unos días o congelarlos y calentarlos cuando quieras comerlos.
Esperamos que te haya gustado esta receta de cómo hacer scones caseros en 30 minutos o menos. Como ves, es muy fácil, rápida y económica, y te permite disfrutar de unos deliciosos panecillos en cualquier momento del día. No dudes en probarla y sorprender a tu familia y amigos con estos scones tan ricos y versátiles.