El inconfundible sabor del caldo de pollo casero puede estar presente en todas nuestras recetas de sopas, arroces o guisos, siempre listo para utilizar, con ingredientes de primera, personalizado y bajo en grasas.
Lleva poco tiempo y rinde para todo el mes.
Caldo casero de pollo en cubos para congelar
INGREDIENTES para 24 cubos:
600 g de pechugas de pollo
2 cebollas (500 g)
2 puerros (250 g)
1 vaso de vino blanco (200 ml)
2 ramas de apio (70 g)
50 g de sal
2 dientes de ajo
1 cucharadita de orégano
1 cucharadita de romero
1 cucharadita de tomillo
Aceite de oliva
Caldo casero de pollo: cómo se prepara
Cocinar en una sartén las pechugas fileteadas, con un chorrito de aceite por los dos lados hasta que se doren y retirar.
En la misma sartén rehogar las verduras picadas con una pizca de sal a fuego lento. Cuando tomen color y estén blanditas añadir el pollo picado en cubos chicos, el orégano, el romero, el tomillo y la sal, mezclar y añadir el vino blanco. Cocinar unos minutos más hasta que evapore el alcohol.
Triturar todo en una procesadora o con una minipimer, hasta formar una pasta. Llevar de nuevo a la sartén y cocinar sin dejar de remover hasta que evapore todo el líquido y se forme una pasta espesa.
Poner en una fuente honda forrada con film de cocina y enfriar en la heladera toda la noche o hasta que se vea de consistencia firme. Cortarlo 24 cubos y congelar. Guarda las pastillas congeladas en una bolsa y sacarlas en el momento de utilizar.
NOTA: la proporción para disolver estos cubos es 1 en ½ litro de agua bien caliente. Al llevar el pollo triturado puede tener pedacitos, que se pueden retirar colando el caldo.