El cheesecake, ese clásico de la repostería estadounidense, encontró en la cocina argentina un aliado inseparable: el dulce de leche. Este manjar, que lleva la identidad nacional en cada cucharada, transforma al cheesecake en un postre único, irresistiblemente criollo.
En nuestro país, el dulce de leche no es solo un ingrediente, es un emblema cultural. Desde la infancia, forma parte de desayunos, meriendas y postres. Incorporarlo en un cheesecake pone en evidencia cómo los sabores tradicionales argentinos pueden enriquecer recetas internacionales, adaptándolas al paladar local.
Este cheesecake con dulce de leche es una demostración de que lo mejor de dos mundos puede coexistir en una misma preparación.
Receta del cheesecake con dulce de leche (para 6 personas)
Ingredientes:
200 g de galletitas dulces (tipo María o vainilla).
80 g de manteca derretida.
500 g de queso crema.
250 g de dulce de leche repostero (y extra para decorar).
3 huevos.
150 g de azúcar.
200 ml de crema de leche.
1 cucharada de esencia de vainilla.
Preparación:
Base: triturar las galletitas hasta obtener un polvo fino. Mezclarlas con la manteca derretida y presionar la mezcla en la base de un molde desmontable de 22 cm. Llevar al freezer mientras se prepara el relleno.
Relleno: en un bol grande, batir el queso crema con el azúcar hasta que esté suave. Agregar el dulce de leche y mezclar bien. Incorporar los huevos de a uno, batiendo a baja velocidad para que la mezcla quede homogénea. Añadir la crema de leche y la esencia de vainilla.
Horneado: verter el relleno sobre la base de galletitas. Cocinar en horno precalentado a 160 °C durante 50-60 minutos o hasta que el centro esté firme pero ligeramente tembloroso. Apagar el horno, dejar la puerta entreabierta y permitir que el cheesecake se enfríe dentro para evitar que se agriete.
Decoración: una vez frío, refrigerar al menos 4 horas (mejor si es toda la noche). Antes de servir, decorar la superficie con dulce de leche, utilizando una manga pastelera o simplemente esparciéndolo con una cuchara.
