Los argentinos consumen vino en promedio al menos tres veces por semana, menos que en los últimos años, pero sin resignar calidad, en un contexto de fuertes subas de precios, según un estudio llevado a cabo por una consultora especializada.
En su Radiografía del Consumidor Argentino de Vinos, la Consultora Stg remarcó que la actual situación obliga a las principales bodegas a diferenciarse para poder posicionarse en el mercado.
"Estamos en un año en que la diferenciación y la estrategia de comunicación se hacen vitales para las bodegas a la hora de poder posicionarse y ser considerado por un consumidor de vinos que hoy se destaca por planificar sus compras", explicó Dolores Lavaque, directora general de Consultora Stg.
"Pero, en la sumatoria de estudios, se denota que los 'heavy consumers' (grandes consumidores) venían tomando menos pero mejor; en cambio, ahora estamos viendo que se estancaron en el gasto: si tienen que tomar menos, toman menos, pero no bajan de calidad", completó Lavaque.
Uno de los motivos de la retracción de la demanda es el incremento en los precios que registra el vino en el mercado argentino en los últimos meses.
Según el Índice de Precio del Vino (IPV) del centro de investigación dedicado al mercado del vino argentino Vinodata, en mayo se registró una suba de 10,3% respecto de abril.
Esta variación es superior a la registrada por el Indec para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo (7,8%), resaltó el trabajo.
Asimismo, el IPV había registrado en abril un incremento de 21,2%, recordó Vinodata, asociado al Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
En el arranque de 2023, los precios de venta del vino en el mercado interno comenzaron a moverse por encima de la inflación promedio del período y se revirtió la tendencia vigente hasta 2022, recordó el Observatorio Vitivinícola Argentino.
En el primer trimestre del año, el precio promedio de venta del vino en híper, supermercados y autoservicios del país se ajustó 119,3% interanual, por encima de la inflación anualizada (102%) y a un ritmo superior al que tenía a igual período de 2022, cuando los valores aumentaban al 70% anual.
Por su parte, los despachos -las salidas de vinos de las bodegas al canal comercial del mercado interno- cerraron un primer trimestre a la baja, tendencia que se mantuvo en abril (último mes con datos oficiales).
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en los tres primeros meses de 2023 los despachos al mercado interno alcanzaron los 1,61 millones de hectolitros, lo que representó una caída de 13,06% respecto de igual período de 2022.
Asimismo, según el INV, el consumo de vino en el país en 2022 fue de 18 litros per cápita, el menor de la historia (y mantuvo así la tendencia descendente que registra desde 1970, cuando se había registrado el mayor valor, con 91,8 litros per cápita).
La última Radiografía de Stg -que incluyó la opinión de 700 hombres y mujeres mayores de 25 años de Ciudad y Gran Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Cuyo, NOA y Patagonia, consumidores de vinos y espumantes de más de $1.600- reveló una fuerte preferencia por el vino tinto: ocho de cada 10 lo consume (80,94%).
En cambio, el vino rosado, blanco o blanco dulce fue elegido por 15,5% de los entrevistados, con mayor incidencia entre los más jóvenes y mujeres.
Ante la pregunta de cuánto gastaron, en promedio, en la botella de vino que compraron con mayor frecuencia, la respuesta fue $2.200.
Según el estudio desarrollado por Stg, la compra es principalmente offline, destacándose las vinotecas y los supermercados.
En el caso de la compra online, ésta se da principalmente a través de webs de vinotecas y/o bodegas, manifestándose una baja incidencia en plataformas de e-commerce y apps de pedidos a domicilio.
Por otra parte, el vino es consumido principalmente en el hogar, como compañía de las comidas (46%); y, en segundo lugar, para disfrutar de charlas con la pareja o amigos.
Aunque el vino espumoso (3,56% del total) es consumido principalmente en fiestas, también encuentra un espacio de consumo hogareño, acompañando comidas y en momentos de charla con los íntimos.