Cuando llega la hora de la merienda, son muchas las personas que se interesan en cocinar algo rico y dulce para disfrutar con sus seres queridos. Los churros caseros nunca fallan: se adaptan a todas las épocas del año, son fáciles de preparar y sorprenden a cualquier persona que los pruebe. No te pierdas la mejor receta, en la nota.
Para elaborarlos, se necesitan pocos ingredientes. Suelen tener forma alargada, se cocinan en una fritura y sus versiones son simples o rellenos. Su popularidad es grande en todo el país, al punto que para muchos es una "compra obligatoria" en la playa cuando van a vacacionar a la Costa Atlántica. Sin embargo, esto no es para nada necesario, puesto que se pueden hacer en casa sin problemas.
Se acompañan con mate, café, té o la bebida de preferencia, debido a que son muy versátiles. Esa es la razón por la cual son amados por casi todos los argentinos. En cuanto a su origen, hay varias teorías al respecto, pero la más popular indica que fueron exportados desde China hacia Europa, por los portugueses. Luego, los españoles trajeron la tradición a América Latina.
Ingredientes para elaborar los mejores churros caseros
- 250 gramos de harina 0000 o 000.
- 250 gramos de agua.
- 1 cucharadita de sal.
- Aceite de girasol.
- Azúcar común o impalpable para espolvorear.
- Una churrera manual o una manga pastelera con pico fino.
La mejor receta de churros caseros para disfrutar en la merienda.
Churros caseros: modo de preparación
- 1. En un bol, colocar los 250 gramos de harina. Mientras tanto, poner una olla con los 250 gramos de agua y la cucharadita de sal en el fuego.
- 2. Cuando empiece a hervir, verter el agua en el bol y sobre la harina. Integrar bien, preferentemente con una cuchara de madera. La masa debe quedar pegajosa y compacta.
- 3. Poner la masa en una churrera manual o en una manga pastelera. Este paso es fundamental, ya que evita problemas al momento de freír los churros.
- 4. Sobre un repasador o servilleta de tela, armar los churros y esperar a que se enfríen. Es importante para evitar que se abran o "estallen" durante la cocción.