MÁS DE FOOD & DRINK'S



PARA PROBAR!

Ni matambre ni vitel toné: la receta que promete ser furor en estas fiestas

Esta receta, que no es de las tradicionales, lleva una carne muy económica y es sencilla de preparar.

Ni matambre ni vitel toné: la receta que promete ser furor en estas fiestas

En las mesas de Navidad y de Año Nuevo se espera encontrar los típicos platos que, desde siempre, cautivaron a los comensales. Sin embargo, con el elevado precio de la carne para realizar comidas como el matambre y el vitel toné, surgen recetas alternativas que empiezan a ser tendencia y que, de paso, cuidan el bolsillo.

¿Qué plato económico será furor estas Fiestas de Navidad y Año Nuevo?

El codillo de cerdo es una pieza de carne que proviene de la parte inferior de las patas del cerdo, específicamente de la zona entre la rodilla y el pie. Se trata de un corte muy sabroso y jugoso, que tiene una gran cantidad de colágeno, lo que le da una textura melosa al cocinarla lentamente. Dependiendo de la zona geográfica, esta pieza se puede conocer con diferentes nombres, como "jamón de la pierna" o "pierna baja" en algunos lugares.

Cabe destacar que este corte es una buena fuente de proteínas de alta calidad, necesarias para el crecimiento y la reparación de tejidos. Asimismo, como se mencionó es rico en colágeno, un componente beneficioso para la salud de las articulaciones y la piel, ayudando a mejorar la elasticidad y reducir el envejecimiento.

También contiene un porcentaje moderado de grasas, especialmente si se cocina con la piel, lo que contribuye a su sabor y textura jugosa; así como aporta minerales tales como hierro y zinc, son esenciales para la formación de glóbulos rojos y el sistema inmunológico.

Por último, este corte delicioso es ideal para cocciones lentas, con objeto de que desprenda todos sus jugos y quede aún más irresistible. Algunas formas populares de prepararlo son al horno, braseado a la cerveza, e incluso a la parrilla.

Ahorrá en Navidad y Año Nuevo: receta de codillo de cerdo agridulce al horno

Ingredientes (para 8 personas):

    4 codillos de cerdo
    Sal y pimienta a gusto
    4 dientes de ajo
    Una pizca de romero fresco y tomillo
    4 hojas de laurel
    2 cebollas grandes
    3 zanahorias
    1 vaso de vino blanco seco o caldo de pollo (aproximadamente 250 ml)

Para la salsa agridulce:

    8 cucharadas de miel
    6 cucharadas de vinagre balsámico
    4 cucharadas de salsa de soja
    4 cucharadas de azúcar moreno
    1 taza de agua (aproximadamente 120 ml)
    2 cucharaditas de mostaza
    Sal y pimienta al gusto

Paso a paso

 

  1.     Precalentar el horno a 180°C. Mientras, limpiar los codillos de cerdo y, si tienen piel, hacer unos cortes superficiales en forma de rejilla con un cuchillo afilado. Esto ayudará a que la piel se haga más crujiente durante el asado.
  2.     Sazonar los codillos con sal, pimienta, ajo picado, romero, y tomillo. Se puede también frotar un poco de aceite de oliva para que se adhieran mejor las especias.
  3.      En una sartén grande, calentar aceite de oliva a fuego medio-alto. Colocar los codillos en la sartén y sellar por todos los lados hasta que estén dorados (aproximadamente 3-4 minutos por lado). Esto le dará más sabor y color a la carne.
  4.     En una fuente para horno, colocar los codillos dorados. Añadir las cebollas en cuartos, las zanahorias en rodajas y la hoja de laurel a la fuente.
  5.     Verter el vino blanco (o caldo de pollo) alrededor de los codillos, esto ayudará a mantenerlos jugosos durante la cocción.
  6.     Cubrir la fuente con papel de aluminio y mandarla al horno. Cocinar entre 90 minutos y 2 horas, dependiendo del tamaño de los codillos. Es importante asarlos a fuego medio (180°C) para que se cocinen lentamente y se vuelvan tiernos.
  7.     Durante la cocción, revisar cada 30-40 minutos y, si es necesario, añadir un poco más de vino o caldo para mantener la carne jugosa.
  8.     Mientras los codillos se asan, preparar la salsa. En una sartén pequeña, calentar la miel, el vinagre balsámico, la salsa de soja, el azúcar moreno, la mostaza y el agua a fuego medio.
  9.     Remover bien para que se disuelva el azúcar, y deja que la salsa hierva suavemente durante unos 10-15 minutos, hasta que se reduzca y adquiera una consistencia espesa y pegajosa.
  10.     Cuando los codillos estén tiernos, retirar el papel de aluminio y subir la temperatura del horno a 220°. Dejar los codillos en el horno durante unos 15-20 minutos adicionales, o hasta que la piel esté bien dorada y crujiente.
  11.     Sacar los codillos del horno y dejar reposar durante unos minutos antes de cortarlos. Servir los codillos con las zanahorias y cebolla asada de la fuente. Bañar los codillos con la salsa agridulce asegurando que queden bien cubiertos.

 

 


¿Te gustó la noticia? Compartíla!