El falafel es una receta que ha cautivado paladares en todo el mundo. Esta pequeña y crujiente maravilla, elaborada a partir de garbanzos, es una combinación de sabores y texturas que tiene profundas raíces en la tradición gastronómica de Oriente Medio.
Similar al shawarma, se trata de unos bocaditos cargados de especias aromáticas y hierbas frescas. El falafel no solo es un manjar sabroso sino también una expresión de la diversidad y creatividad que define la comida árabe.
La historia del falafel se remonta a tiempos antiguos, con evidencias que sugieren que sus orígenes podrían estar en Egipto. A lo largo de los siglos, este pequeño manjar ha viajado por toda la región, adoptando variaciones locales que lo han convertido en un pilar de la cocina árabe.
Hoy, cómo preparar falafel en casa, con ingredientes simples y baratos, que se puede condimentar con las especias y hierbas que tengan en la cocina. Se suelen acompañar de una deliciosa salsa tahini, pero con cualquier salsa fresca son una opción ideal para sorprender a todos en una picada o para una cena especial.
Receta de falafel casero
Ingredientes:
2 tazas de garbanzos secos (remojados durante la noche)
1 cebolla grande picada finamente
4 dientes de ajo picados
1 taza de perejil fresco picado
1 taza de cilantro fresco picado
1 cucharadita de comino molido
1 cucharadita de cilantro molido
1/2 cucharadita de pimienta de cayena (ajustar según preferencia de picante)
1 cucharadita de sal
1/2 taza de harina de garbanzo
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
Aceite vegetal para freír
Procedimiento
Remojar los garbanzos secos en agua durante la noche. Colar antes de usar.
En un procesador de alimentos, combinar los garbanzos escurridos, la cebolla, el ajo, el perejil, el cilantro, el comino, el cilantro molido, la pimienta de cayena y la sal. Procesar hasta obtener una mezcla gruesa y granulada.
Agregar la harina de garbanzo y el bicarbonato de sodio a la mezcla. Mezclar bien para incorporar y crear una textura más compacta. Luego, cubrir la mezcla y dejarla reposar en la heladera durante al menos 1 hora. Este paso ayuda a que la mezcla sea más manejable al formar los falafels.
Con las manos ligeramente humedecidas, formar pequeñas bolas de la mezcla y aplanarlas ligeramente para darles forma de disco. Calentar suficiente aceite en una sartén a fuego medio para freír los falafels hasta que estén dorados y crujientes por ambos lados. Retirar y colocar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Acompañar con pan pita, salsa y ensalada fresca a gusto. Como recomendación, puede ser una ensalada de hojas verdes, tomates y pepinos para un equilibrio perfecto. También experimentar agregando hierbas como menta o eneldo a la mezcla para un toque aún más fresco. Para una versión más saludable, se puede hornear los falafels en lugar de freírlos.