Las rosquitas, esos exquisitos dulces caseros que engalanaban las mesas domingueras en muchas casas de antaño, son una excelente opción para merendar o tomar unos mates: esta receta, inspirada en las rosquitas de masa bomba aromatizadas con anís pero más fácil, nos llevan directo a la infancia.
¡Se pueden preparar completamente en la batidora, no llevan manteca y rinden como para toda la familia! Si el anís no es de nuestra preferencia, las perfumamos con ralladura de limón, o de naranja y otro licor.
La costumbre es glasearlas, para que queden aún más ricas.
INGREDIENTES
(para unas 30 rosquillas en total)
- 600 g de harina
- 15 g de polvo de hornear
- 5 huevos (4 para la masa y 1 para pintar las rosquillas)
- 50 g de aceite ( la receta tradicional lleva de oliva pero puede ser de girasol)
- 150 g de azúcar
- un chorrito de anís ( opcional)
- ralladura de un limón
- una cucharadita de anís en grano ( opcional)
- un pellizco de sal
PREPARACIÓN
En un bowl ( que puede ser el de la batidora de pie) ponemos los 4 huevos, el aceite, el azúcar y el chorrito de anís y batimos durante 7-8 minutos hasta que blanquee la mezcla.
Por otro lado vamos a tamizar el harina ( 550 g, si hace falta añadimos un poco más) y lo mezclamos junto con el polvo de hornear la ralladura de limón y la cucharadita de anís en grano que habremos molido en el mortero si lo usamos. Juntamos los ingredientes secos con los húmedos y amasamos hasta formar una masa, que en principio es un poco pegajosa. Dejamos reposar la masa una hora aproximadamente en un bol ligeramente untado con aceite.
Una vez que la masa haya reposado, tomamos trocitos de masa del tamaño de un huevo con los que haremos una bola y después, presionando con los dedos, formamos un agujero en el medio y damos forma a la rosquilla.
Las vamos colocando en una placa de horno con papel antiadherente y dejamos reposar mientras el horno se nos calienta. Pintamos las rosquillas con el huevo reservado y horneamos a 190º durante 12-13 minutos, hasta que se pongan doradas. Es normal que se agrieten mientras se hornean.
En cuanto están doradas y cocidas, retiramos las rosquitas del horno, y las dejamos enfriar. Para glasearlas, solo debemos mezclar muy bien 200 g de azúcar impalpable con 1 cda. de jugo de limón y añadir de a cucharaditas agua hirviendo, batiendo rápido, y formar un glaseado fácil. Este podemos ponerlo en las rosquitas como más nos guste.