Con solo tres ingredientes, estos panqueques se convierten en una opción práctica y versátil para cualquier momento del día. Su preparación es tan simple que te va a sorprender, y lo mejor es que no necesitás ser un experto en la cocina para que te salgan bien.
Son ideales para esos días en los que no tenés ganas de complicarte, pero igual querés comer algo rico. La textura que se logra es suave, ligera y perfecta para armar distintos tipos de platos, desde un desayuno rápido, una merienda improvisada hasta un almuerzo o cena exprés. Además, al no llevar harina, son una excelente alternativa para quienes buscan recetas más livianas o con menos procesados.
Y sí, como buen argentino, seguramente lo primero que se te vino a la cabeza fue la idea de acompañarlos con unas buenas cucharadas de dulce de leche. Pero lo cierto es que estos panqueques van bien con todo: rellenos salados, preparaciones dulces, con frutas, queso, verduras o lo que tengas en la heladera. Se adaptan a cualquier situación y te pueden salvar en cualquier ocasión. Son una solución rica, rápida y rendidora para tener siempre a mano, sobre todo cuando no sabés qué cocinar y querés resolver con lo que hay. Apenas los pruebes, seguro se convierten en un clásico de tu cocina.
Ingredientes
1 huevo
120 g de maicena
250 ml de leche
Preparación
En un bol, batí a mano el huevo junto con la mitad de la leche. Agregá la maicena e integrá bien los ingredientes. Sumá el resto de la leche y mezclá hasta obtener una preparación líquida, homogénea y sin grumos.
Colocá un poco de la mezcla en una sartén o panquequera y desparramala bien. Cociná vuelta y vuelta hasta que tome color. Enmantecá apenas el utensilio solo para hacer el primero, y repetí este paso únicamente si notás que la preparación empieza a pegarse a la superficie.
Una vez listos, estos panqueques están perfectos para rellenar con los ingredientes que más te gusten, tanto dulces como salados.
