Esta sopa es una receta estrella, aunque a veces se hace para reciclar sopa que queda. Es una sopa de lujo, que es conveniente servir en días importantes.
Ingredientes :
- 2 litros de caldo casero de pollo
- ( poner 1 pechuga en agua con verduras y sal y cocinar a fuego bajo 1 hora)
- 3 cucharadas de harina de garbanzos,
- 20 gr de manteca
- 3 Yemas de huevo,
- 1 chorrito de jerez o vino banco
- Perejil picado o seco
Para las albondiguitas de pollo:
- Carne de una pechuga del pollo de la sopa
- 50 gr de cebolla de verdeo picada
- 1 huevo,
- 1 taza de harina sin gluten o arroz cocido
- 1/2 taza de agua fría,
- Sal,
- Pimienta.
Se parte de la base de un buen caldo de pollo, que podemos hacer con pechugas o la parte del pollo que querramos, pero asegurándonos de tener carne suficiente para las albondiguitas, que son las que le dan el sello distintivo a esta sopa.
Se prepara un roux tostando la harina de garbanzos y añadiendo la manteca hasta que se haga una pasta. Por el color de esta harina parecerá más oscuro que uno de harina de trigo, por lo que es bueno tener presente que hay que tostar muy poco la harina, solo lo suficiente para que pierda el sabor a crudo ( 2 min).
De a poco, ir agregando 1 litro del caldo tibio para que se integre, mezclando bien.
Aparte, batir las yemas con el vino o jerez. Agregarles poco a poco una taza de caldo tibio ( no caliente para no cuajar las yemas) y seguir mezclando, para que se forme una crema homogénea sin grumos.
Importante: ahora se integran las dos mezclas, que deben estar a temperaturas parecidas y no hirviendo. Hay que batir siempre. Esto permite que se integren. Una vez que obtenemos la mezcla lisa, subimos un poco el fuego para que se caliente bien por un minuto y ya está el caldo a la reina.
Para formar las albondiguitas de pollo, desmenuzar una pechuga o su equivalente de carne de pollo con la cebolla, el huevo, el harina o arroz, y los condimentos. Si hace falta, se agrega un poco de agua fría.
Debe quedar una masa maleable para formar las albondiguitas. Simplemente tomar porciones con una cuchara pequeña y freír en aceite caliente hasta dorar. Escurrir sobre papel absorbente y cuando se sirve la sopa, poner varias en cada plato.