El presidente Joe Biden advirtió este miércoles que dejará de suministrar a Israel “proyectiles de artillería” y otras armas si lanza una gran ofensiva contra la ciudad palestina de Rafah, en una advertencia inédita por parte de Washington.
“Si entran en Rafah -todavía no han entrado en Rafah-, si entran en Rafah, no suministraré las armas que se han utilizado (...) contra las ciudades”, dijo Biden en una entrevista con CNN.
“No vamos a suministrar las armas y proyectiles de artillería que se han utilizado” en la guerra de Israel contra el grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza, afirmó.
“Han muerto civiles en Gaza como consecuencia de estas bombas” y eso “está mal”, contestó cuando la cadena le preguntó por la suspensión la semana pasada de la entrega de un cargamento de bombas a Israel.
Es la primera vez que el demócrata de 81 años pone condiciones públicamente al apoyo militar estadounidense a Israel, un aliado clave en Oriente Medio.
Sin embargo, aseguró que Estados Unidos seguirá “garantizando que Israel esté protegido por la Cúpula de Hierro”, su escudo de defensa antiaérea.
Preguntado por la operación militar que Israel ha lanzado en Rafah, localidad en el sur de la Franja donde se han refugiado más de un millón de palestinos, Biden dijo que no afectaba a “centros de población”, dando a entender así que no se trataba de una ofensiva de envergadura que requiriera una reacción por su parte.
“Se lo he dejado claro a ‘Bibi’ y al gabinete de guerra: No van a contar con nuestro apoyo, si de hecho atacan esos centros de población”, afirmó el presidente estadounidense al referirse al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por su apodo.
En declaraciones a un comité del Congreso, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, confirmó que la semana pasada se congeló el envío de 1.800 bombas de 907 kg (2.000 libras) y otras 1.700 de 226 kg (500 libras).
Biden asumió el papel de defensor de Israel tras el ataque sin precedentes de Hamas del 7 de octubre, pero su relación con Netanyahu se ha tensado.
Ese día miembros de grupo islamista mataron a 1.170 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250, según cifras de las autoridades israelíes.
Israel estima que, tras un canje de rehenes por presos palestinos en noviembre, 128 personas permanecieron cautivas en Gaza, de las que se teme que hayan muerto 36.
Israel lanzó una ofensiva de represalia que ya ha dejado 34.844 muertos en Gaza, en mayor parte civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado desde 2007 por Hamás.
Queda por ver qué efecto tiene la advertencia de Estados Unidos.
Jon Alterman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington estima que el descontento estadounidense seguramente influye, pero “los israelíes también están haciendo sus propios cálculos”.
Otro experto, Raphael Cohen, del centro de investigación RAND, cree que “a pesar de la retórica de Netanyahu, Israel se está tomando muy en serio la presión estadounidense”. Cita como ejemplo la apertura de varios pasos fronterizos en la Franja de Gaza por presiones de Washington, el último de ellos en Kerem Shalom.
“Dicho esto, creo que será difícil que Netanyahu abandone por completo la operación de Rafah”, añade.