Equipos de rescate marroquíes, apoyados por refuerzos extranjeros, continúan la búsqueda encontrar supervivientes y asistir a los cientos de personas cuyas casas quedaron arrasadas por el sismo que dejó casi 2.500 muertos.
El terremoto, el más grave en el reino desde más de seis décadas, devastó el viernes por la noche pueblos enteros en la región situada al suroeste de la turística ciudad de Marrakech (centro), y causó 2.497 muertos y 2.476 heridos, según el último balance oficial.
Marruecos anunció el domingo por la noche que había aceptado las propuestas de España, Reino Unido, Catar y Emiratos Árabes Unidos de "enviar equipos de búsqueda y rescate".
La Cruz Roja Internacional advirtió de la importancia de la ayuda humanitaria que, según ellos, puede ser necesaria "durante meses o incluso años". Pero las primeras "24 o 48 horas (son) críticas", advirtió la entidad.
Patrimonio
Además de las pérdidas humanas y materiales, el sismo afectó al patrimonio arquitectónico del reino. En la medina del barrio antiguo de Marrakech, los daños son impresionantes.
Las murallas del siglo XII que rodean la ciudad imperial, fundada sobre el año 1070 por la dinastía de los almorávides, están parcialmente desfiguradas.
"Ya podemos decir que (los daños) son mucho más importantes de lo que esperábamos. Hemos visto fisuras importantes en el minarete de (la mezquita de) Kutubia, la estructura más emblemática, pero también ha quedado destruido casi completamente el minarete de la mezquita de Kharbouch" en la plaza Yamaa el Fna, sostuvo Eric Falt, director regional de la Unesco para el Magreb.