En un juicio que promete sacudir los cimientos de la industria tecnológica, Mark Zuckerberg, CEO de Meta, defendió este lunes la adquisición de Instagram y WhatsApp ante un tribunal federal de Estados Unidos. La Comisión Federal de Comercio (FTC) acusa a la empresa de mantener un monopolio ilegal en el mercado de redes sociales mediante una estrategia clara: comprar en lugar de competir.
El proceso judicial, que representa una de las mayores ofensivas del Estado norteamericano contra una compañía tecnológica desde la era de los trusts, se centra en una estrategia atribuida al propio Zuckerberg: "Es mejor comprar que competir". Según la demanda, Meta —entonces Facebook— "rastreó sistemáticamente a potenciales rivales y adquirió empresas que consideraba amenazas competitivas serias".
Durante su testimonio, Zuckerberg defendió la compra de Instagram realizada en 2012 por 750 millones de dólares. Aseguró que en ese momento no estaba conforme con los avances internos para desarrollar una aplicación de fotos y declaró: “No estaba contento con la falta de progreso”.
El abogado de la FTC afirmó que Meta erigió “un foso” en torno a su negocio al comprar Instagram y WhatsApp, lo que le permitió sostener una posición dominante y generar enormes beneficios. En su exposición inicial, Matheson sostuvo: "Incapaz de mantener su monopolio compitiendo de manera justa, los ejecutivos abordaron la amenaza existencial comprando a los nuevos innovadores que tenían éxito donde Facebook fallaba".
Meta, por su parte, alega que la demanda “desafía la realidad”. En un comunicado difundido por la empresa se afirma: "La evidencia mostrará lo que cualquier adolescente de 17 años sabe: Instagram, Facebook y WhatsApp compiten con TikTok, YouTube, X, iMessage y muchos más". Y agregó: "Los reguladores deberían apoyar la innovación estadounidense en lugar de buscar desmembrar una gran empresa y favorecer a China en temas críticos como la inteligencia artificial".
La FTC enfrenta un desafío probatorio significativo: deberá demostrar que Meta tiene poder monopólico en el mercado relevante hoy, no en el pasado. Esto se complica por la aparición de nuevos competidores en el espacio digital en la última década. Además, el juez James Boasberg, encargado del caso, ya mostró escepticismo respecto a la definición estrecha de mercado propuesta por la agencia federal.
Facebook, Instagram y WhatsApp
La adquisición de Instagram fue la primera vez que Facebook mantuvo activa una empresa comprada. Antes, solía realizar "acqui-hires", operaciones orientadas a contratar talento y cerrar las compañías. Dos años después, repitió la estrategia con WhatsApp, por la que pagó 22 mil millones de dólares.
Ambas plataformas resultaron clave para el salto de Facebook desde las computadoras de escritorio hacia los dispositivos móviles, permitiéndole sostener su atractivo entre los jóvenes frente a propuestas como Snapchat y TikTok, esta última también blanco de un intento fallido de adquisición.
La analista Jasmine Enberg señaló que “Instagram representa ahora más del 50% de los ingresos publicitarios de Meta en Estados Unidos”. Según dijo, la plataforma es vital para sostener el crecimiento de la empresa, especialmente en un contexto donde “el uso de redes sociales está mucho más fragmentado” que en 2012 y Facebook ya no es el espacio preferido por los jóvenes.
Mientras se espera que el juez Boasberg escuche los argumentos técnicos sobre la estructura del mercado, los ojos del sector tecnológico y regulatorio se posan sobre este juicio. El veredicto podría reconfigurar no solo el futuro de Meta, sino el modo en que se entiende el poder de las plataformas digitales en la era contemporánea.
Y no es para menos: Google y Amazon también enfrentan procesos antimonopolio, y el desenlace de este juicio podría sentar un precedente para el futuro de la regulación tecnológica