El Parlamento de Corea del Sur aprobó el martes una ley que prohíbe la cría, la matanza y la venta de perros para el consumo de su carne, en lo que supone un triunfo histórico para los defensores de los derechos de los animales tras décadas de lucha en el país asiático contra esta práctica tradicional.
La ley, propuesta por el gobernante y conservador Partido del Poder Popular (PPP), consensuada por el resto de partidos e impulsada por la primera dama surcoreana, Kim Keon-hee, fue aprobada por 208 votos a favor y 2 abstenciones.
La normativa entrará en vigor tras un periodo de gracia de tres años y, a partir de 2027 los infractores podrán encarar penas de hasta tres años de cárcel o multas de hasta 30 millones de wones (más de 22.000 dólares).
La norma estipula que el Estado proveerá subsidios para ayudar a aquellos involucrados en la industria de la carne de perro a que se involucren en otras actividades económicas.
Una tradición en declive
La carne de perro formó parte durante siglos de la cocina surcoreana. Se la consideraba una exquisitez de verano porque se creía que su carne roja y grasienta aumentaba la energía y ayudaba a soportar el calor.
Se estima que el consumo llegó hasta el millón de canes anuales, pero se redujo drásticamente recientemente en paralelo a la creciente adopción de estos animales como mascotas. Actualmente, consumir carne de perro es tabú entre la juventud urbana de Corea del Sur y los activistas de derechos de los animales habían aumentado su presión para que el gobierno prohibiera esta práctica.
Segun datos oficiales, en el país asiático existen aún unas 1.150 explotaciones que crían perros para consumo humano, 34 matarifes, 219 distribuidores y unos 1.600 restaurantes que incluyen platos con carne de perro en sus menús.
Según una encuesta de Gallup del año pasado, solo el 8% de los encuestados dijeron que habían consumido carne de perro en los últimos 12 meses, frente al 27% en 2015. Menos de una quinta parte dijeron que apoyaban el consumo de carne.