Dos empresarios argentinos radicados en la ciudad española de Marbella, con orden de captura librada por Interpol, fueron detenidos en ese país como acusados de liderar una organización narco a la que se le secuestraron en junio pasado más de 1.500 kilos de cocaína que planeaban enviar a la península ibérica a bordo de un velero, informaron fuentes judiciales y policiales.
Se trata de Diego Gustavo Marano Fuentes y Darío Daniel Pereyra Torres, sobre quienes pesaba una orden de captura internacional dispuesta por el juez federal 2 de Lomas de Zamora, Luis Armella, a cargo de la investigación.
Una fuente con acceso al expediente explicó a Télam que Marano Fuentes fue detenido el martes pasado y ayer lo excarcelaron, aunque continúa sujeto a la causa.
Mientras, Pereyra Torres quedó detenido hoy mismo, según notificó la oficina de Interpol de Madrid a las autoridades de nuestro país.
Otra fuente de la pesquisa detalló que las detenciones se produjeron cuando ambos se presentaron ante la justicia española para declarar en otra causa abierta en esa jurisdicción, y que era seguida de cerca por personal de Interpol Argentina que, a su vez, intercambiaban datos sobre los prófugos con sus pares del país ibérico.
"Se efectuaron constantes verificaciones diarias y análisis de fuentes abiertas, utilizando para ello distintas técnicas de investigación", explicó el vocero consultado por Télam.
Ahora, el juez Armella espera que comience el proceso de extradición de los dos acusados por vía diplomática, dijeron los informantes.
En julio pasado, el magistrado dictó la prisión preventiva para otros seis imputados de integrar esta organización narcocriminal que tenía conexiones en Uruguay, en Brasil (específicamente en el estado de Bahía), en España (en la ciudad costera de Marbella) y en Gran Bretaña.
Los procesados por el delito de "tráfico ilícito de estupefacientes, en las modalidades de transporte y almacenamiento, agravado por la intervención organizada de al menos tres personas" son Héctor Adrián Goñi, Gabriel Fuentes, Marcelo Fabián Castillo, Marcelo Fabián Ciarlando Veliz y Sebastián Merino (todos ellos argentinos) y el marroquí Mohammed El Asri Klaloussi.
A Castillo y a Fuentes, el juez les embargó sus bienes en 37 millones de pesos, mientras que, al resto de los imputados, el embargo alcanzó los 12 millones de pesos para cada uno.
En ese mismo fallo, y pedido de la fiscal federal 2 de Lomas de Zamora, Cecilia Incardona; y del titular de la Procunar, Diego Iglesias; el juez ordenó las detenciones de Marano Fuentes y Pereyra Torres, acusados de ser los "cerebros" de la organización.
Días después, a principios de agosto, detuvieron a otro sospechoso, G. F., en un procedimiento en Ituzaingó.
Esta investigación se inició a partir de las declaraciones que en 2018 hizo como "arrepentido" en otra causa el contador Diego Guastini (45), asesinado el 28 de octubre de 2019 por un sicario que lo atacó a tiros en Quilmes.
Los procesados fueron detenidos en junio pasado en el marco de bautizado "Operativo Atlantis", cuando personal de la Prefectura Naval y de Gendarmería Nacional realizaron distintos operativos en los que se secuestraron 1.547 kilos de cocaína preparados en paquetes embalados en plástico.
Según la pesquisa, 658 kilos fueron hallados escondidos en una habitación de una casa del country "El Centauro" de la localidad de Canning, mientras que 889 kilos fueron secuestrados en una cabaña llamada "Don Oscar", junto a la costa del Río Paraná en la localidad de Escobar, y en el velero "Quo Vadis" que se hallaba alejado de la costa.
Para el juez Armella, "los integrantes de la organización aspiraban a comercializarlo fuera del territorio nacional, previa travesía marítima que algunos de ellos realizarían a bordo del motovelero Quo Vadis con destino inicial presunto a la República Federativa de Brasil".
En 2018, el contador asesinado Guastini, apodado "Dolarín", ya les había anticipado a los investigadores sobre operaciones de narcotráfico a Europa a bordo de embarcaciones y mencionó a personas que comenzaron entonces a ser investigadas.
En febrero del 2020, se registró un primer secuestro importante de cocaína, de alrededor de 1.500 kilos, en el velero "Thorben" cuando estaba a punto de anclar en el puerto deportivo de la Bajadilla, en España.