En una de las pocas entrevistas brindadas a medios internacionales, dos altos cargos de la agrupación islamista Hamás explicaron que el ataque perpetrado en contra de Israel el pasado 7 de octubre, donde miles de personas fueron asesinadas, fue para generar un "estado de guerra permanente" y decirle a la gente que la "causa palestina" no iba a morir.
A un mes de la masacre que causó al menos 1.400 víctimas fatales del lado israelí y donde más de 200 personas fueron secuestradas como rehenes, los miembros del grupo de origen palestino pidieron que "el mundo árabe" los apoye. Tras la ofensiva, Israel respondió con un ataque masivo y actualmente el Ministerio de Sanidad de Gaza -bajo el control de Hamás, reportó más de 10.000 muertos y 25.000 heridos.
"El objetivo de Hamás no es gobernar Gaza y llevarle agua, electricidad y cosas así. Esta batalla no fue porque quisiéramos combustible o trabajadores. No buscaba mejorar la situación en Gaza. Esta batalla es para derrocar completamente la situación", indicó Khalil al-Hayya, parte de la cúpula directiva del grupo terrorista, a The New York Times en la ciudad de Doha.
Khalil al-Hayya, alto funcionario de Hamás y miembro del Consejo Legislativo Palestino.
“Lo que podía cambiar la ecuación era un gran acto y, sin duda, se sabía que la reacción a este sería grande”, afirmó sobre la ofensiva por agua, aire y tierra en la que desplegaron a miles de milicianos. En ese sentido, sostuvo que el ataque fue planificado y ejecutado por un pequeño círculo de comandantes en Gaza y fue "más mortífero de lo que pensaban" al reconocer atravesaron "las elogiadas defensas de Israel" con facilidad.
“Logramos volver a poner la cuestión palestina sobre la mesa y ahora nadie en la región está tranquilo”, dijo Al-Hayya. Sobre esta línea, comentó que Hamás, la brigada Qassam -su brazo armado- y la resistencia "despertaron al mundo de su profundo sueño y demostraron que esta cuestión" debe permanecer vigente.
Un estado de guerra permanente
El asesor de medios de comunicación de la agrupación islamista, Taher Nounou, declaró ante el medio estadounidense que su dese es que "el estado de guerra con Israel se vuelva permanente en todas las fronteras" y que el "mundo árabe los apoye”.
La idea de una normalización de los vínculos entre Israel y Arabia Saudita, que durante mucho tiempo había apoyado y financiado la causa palestina con mucho dinero, estaba más cercana que nunca. Por eso, los líderes del grupo consideraron que esta cuestión "estaba siendo dejada de lado" y sólo una acción drástica "podría reavivarla".
El asesor mediático Taher Nounou.
El pasado 24 de octubre, Ghazi Hamad, otro alto rango de Hamás, dijo al canal de televisión libanés LBC que la masacre del 7 de octubre fue "la primera de muchas", y que “habrá una segunda, una tercera y una cuarta” si el grupo ve la oportunidad.
"¿Tendremos que pagar un precio? Sí, y estamos dispuestos a pagarlo. Nos llaman una nación de mártires y estamos orgullosos de sacrificar mártires”, expresó.
En los últimos días Israel ha recibido múltiples llamadas para permitir la entrada de combustible y ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. En tanto, desde Qatar median negociaciones para la liberación de 12 rehenes, seis de ellos estadounidenses, capturados por Hamás en Israel, a cambio de "una tregua humanitaria de tres días", según consigna la agencia AFP.
La tregua también permitiría a Egipto, que limita con la Franja de Gaza, suministrar una ayuda humanitaria "más grande" al territorio palestino asediado a través del paso de Rafah. Por el momento, Israel se ha negado a cualquier tregua mientras no se libere a los rehenes, pese a los urgentes llamamientos de la ONU, ONGs internacionales y de otros países para realizar un alto el fuego.