Dos aviones chocaron este sábado durante un espectáculo en Dallas, Texas. El accidente ocurrió cerca de la 13:20 horas en la zona del Dallas Executive Airport, a la que rápidamente acudieron más de 40 unidades de las fuerzas policiales y los bomberos.
Segú informó la Administración Federal de Aviación (FAA, sus siglas en inglés) se trata de un Boeing B-17 Flying Fortress y un Bell P-63 Kingcobra, que participaban de una demostración durante el Wings Over Dallas Airshow, que suele realizarse en la zona.
El Boeing-17 formaba parte de la colección de la Fuerza Aérea Conmemorativa, apodada “Texas Raiders”, y era uno de los nueve aún existentes en condiciones de volar. El P-63 es un modelo un tanto más raro del que existen todavía unas 14 unidades -y sólo cuatro en condiciones de volar, incluido uno propiedad de la Fuerza Aérea Conmemorativa-.
Hasta el momento se desconoce cuántas personas iban a bordo de ambos aviones, así como el número de heridos o víctimas fatales. Según agregó el comunicado de la FAA, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) será la encargada de continuar con la investigación.
Los impactantes videos muestran cómo una de las aeronaves se cruza en la trayectoria de la otra. Enseguida, una nube negra se generó en el lugar y las piezas comenzaron a desprenderse en el aire y cayeron sobre la ruta 67 en Red Bird, por lo que -incluso- quienes circulaban por la zona fueron alertados de posibles restos en la vía.
El gobernador de Dallas, Eric Johnson, escribió un mensaje en su cuenta de Twitter en el que dijo que “hemos tenido una terrible tragedia en nuestra ciudad hoy durante una exhibición aérea. Muchos detalles siguen siendo desconocidos o no confirmados en este momento” y agregó que las autoridades pertinentes continuarán con la investigación.
Anthony Montoya, de 27 años, se encontraba en el evento con un amigo cuando a las 13:45 el avión de combate P-63 chocó elbombardero B-17, partiendo su parte trasera por la mitad. “Cayeron al suelo y estallaron en llamas”, contó el joven, que se encontraba a unos 500 metros del accidente, a The Washington Post. “La gente estaba conmocionada. Había gente llorando, abrazándose, visiblemente alterada”.
Kris Truskey, de 43 años, que estaba cerca de la terminal principal del aeropuerto con su marido y su hijo, también detallaó al Post que vio la cola del B-17 “cortarse” antes de la caída en picada y transformarse en “unabola de fuego”.
La multitud tardó en darse cuenta de que no era parte del espectáculo, dijo Mollie Brock, de 25 años. “Todos lo vimos, pero todos tardaron un segundo en pensar que era un accidente”.
Ella y su marido estaban sentados a unos 30 metros de la pista durante el espectáculo. Un grupo de aviones P-63 había estado escoltando al B-17, dijo, mientras estallaban fuegos artificiales que simulaban bombas.
Una de las naves accidentadas es un B-17, importante pieza de las fuerzas armadas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial
El Wings Over Dallas es un espectáculo aéreo que organiza la Fuerza Aérea Conmemorativa (CAF), una entidad destinada a preservar las naves de la Segunda Guerra Mundial, que están estacionadas en el aeropuerto Red Bird.
Durante el número de este sábado, emprendió vuelo un B-17, un inmenso avión bombardero de cuatro motors. Esta nave fue una pieza importante para las fuerzas aéreas de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
En su apogeo en la Segunda Guerra Mundial, según Boeing, estas naves podían albergar a dos pilotos y ocho tripulantes. Se fabricaron unos 12.000, y sólo unos pocos B-17 sobreviven hoy en día, presentados en museos y exposiciones aéreas; la mayoría fueron desechados al final de la guerra.
La otra nave -un Kingcobra- fue utilizada principalmente por las tropas soviéticas.
Esta no es la primera vez que un espectáculo aéreo termina en tragedia, por lo que en los últimos años la seguridad en estos shows se ha vuelto una de las principales preocupaciones. En el 2011, 11 personas murieron en Reno, Nevada, tras estrellarse un P-51 Mustang contra los espectadores. Años más tarde, en el 2019, un bombardero se estrelló en Hartford, Connecticut, cobrándose la vida de siete personas.
Según informó la NTSB entonces, 21 accidentes de este tipo -con bombarderos de la Segunda Guerra Mundial- tuvieron lugar desde 1982 y dejaron 23 muertos.