Al menos tres personas han muerto y otras 213 han resultado heridas en dos nuevos terremotos de magnitud 6,4 y 5,8 en la provincia turca de Hatay, una de las once que hace dos semanas quedaron devastadas por dos sismos que causaron la muerte de al menos 41.000 personas y más de 105.000 heridos en Turquía y Siria.
Así lo anunció el ministro del Interior, Suleyman Soylu, quien advirtió de la posibilidad de que haya más personas atrapadas entre las ruinas de los edificios que han colapsado hoy.
En un principio, las autoridades pidieron a los habitantes del sudeste del país que se mantengan alejados de la costa en la provincia de Hatay ante el riesgo de un tsunami. Pero poco después, la alarma cesó.
El epicentro de los nuevos terremotos se registró en la localidad de Samandag, a unos 12 kilómetros de la costa mediterránea. Numerosos periodistas presentes en Antioquía, cerca del epicentro, informaron que el temblor causó pánico en los supervivientes.
En tanto, al menos ocho personas resultaron heridas, reportó EFE. En Samandag varios edificios colapsaron, pero estaban vacíos, ya que habían sufrido severos daños tras el devastador terremoto de 7,8 grados del 6 de febrero. “Hay edificios derrumbados. La gente está horrorizada. Veo edificios derrumbados, pero creo que no había gente dentro”, declaró a la emisora HalkTV el presidente del Colegio de Arquitectos de Hatay, Mustafa Özçelik.
En Antioquía varios edificios colapsaron y temen por la suerte de rescatistas
Lütfü Savas, alcalde de Antioquía, cuyo centro urbano dista una decena de kilómetros del epicentro, aseveró que varios edificios se desplomaron con personas en su interior.
Desde el sismo del pasado día 6, ninguno de los edificios en Antioquía es habitable, pero hay equipos de trabajo de desescombro que pueden haber sido atrapados por algún desplome.
Además, muchos supervivientes tienen el hábito de reunirse alrededor de fogatas ante los edificios derrumbados para ayudar en la identificación de cadáveres, y pueden estar en riesgo si se desploma algún edificio vecino que aún quede en pie.
”Era terrible, nos han caído encima ventanas rotas. Todo el mundo ha salido de las tiendas con pánico. Con la oscuridad no se puede ver todavía qué ha pasado”, dijo Ugur Sahin, un reportero del diario BirGün.
El gobierno turco quiere trasladar ciudades devastadas a zonas de menor riesgo sísmico
En tanto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció este lunes que algunas de las ciudades destruidas el 6 de febrero deberán moverse de la llanura a las colinas para evitar riesgos de futuros terremotos.
“Donde sea posible, queremos trasladar nuestros asentamientos de las llanuras a los montes para mantenernos alejados de desastres provocados por la licuefacción de suelos”, dijo el mandatario.