Son dos perfiles diametralmente opuestos. Desde la izquierda, la correísta Luisa González busca convertirse en la primera mujer electa presidenta de la historia de Ecuador. Desde la derecha, el empresario Daniel Noboa, la gran sorpresa de la primera vuelta, quiere ser el presidente más joven. Este domingo, 13,4 millones de ecuatorianos elegirán en un balotaje al nuevo jefe de Estado que concluirá el mandato de Guillermo Lasso.
Serán solo 15 meses de gobierno, en un país devastado hoy por la violencia del narcotráfico. En medio de una enorme crisis de seguridad, Lasso disolvió el Parlamento y convocó a elecciones anticipadas en mayo pasado. El ganador deberá completar una gestión iniciada el 24 de mayo de 2021.
onzález fue la más votada en las elecciones del 20 de agosto, pero no le alcanzó para ser electa. La candidata del correísta Partido de la Revolución Ciudadana obtuvo el 33,11% de los votos, seguida por Noboa, postulante de Acción Democrática Nacional, con el 23,96%.
El resultado del balotaje le abrirá las puertas al regreso de la izquierda al país, liderada por el expresidente Rafael Correa, condenado a 8 años de prisión por corrupción y hoy exiliado en Bruselas, o mantendrá al Ecuador dentro del bloque de países liberales de la región. Noboa, de 35 años e hijo del magnate bananero y excandidato presidencial de derecha Alvaro Noboa, es a priori el favorito de las encuestas.
Un sondeo de Comunicaliza ubica a Noboa con el 53,28% de los votos válidos frente a 46,72% de González. Pero otra encuesta, la Maluk Research, situó a la candidata correísta como ganadora con el 51,1% contra el 48,9% de su rival. Otros estudios ponen a Noboa como triunfador por muy leve margen.
Ecuador elige a su nuevo presidente en un país dominado por la violencia narco
Los comicios se celebran en medio de excepcionales medidas de seguridad, tras una ola de violencia electoral que sacudió la campaña y que incluyó el asesinato del candidato Fernando Villavicencio el 9 de agosto en el norte de Quito. El 7 de octubre, fueron hallados muertos siete colombianos acusados del crimen. Aparecieron ahorcados en la Penitenciaria del Litoral de Guayaquil.
“Es un momento muy complicado, con mucha violencia y el asesinato de los sospechosos del crimen de Villavicencio dentro de una cárcel. Se trataba de testimonios claves y hubo advertencias de que esto podría suceder”, dijo el exdirector de los diarios Hoy y El Telégrafo, Orlando Pérez.
Los candidatos moderaron en las últimas semanas sus apariciones públicas y cuando participaron en actos de campaña se mostraron protegidos con chalecos antibalas y rodeados de guardaespaldas. Por ello, la campaña tuvo su mayor contundencia en las redes sociales.
“Estas elecciones tienen una característica muy particular, siendo tan largas, con debates y confrontaciones, han sido apáticas para la mayoría de la gente. Los candidatos no han logrado conectar con eventos masivos y eso ha sido muy especial. No han cautivado la atención de la gente”, afirmó Pérez.
Ecuador vive hoy con miedo. El narcotráfico, con base en la ciudad portuaria de Guayaquil y en la provincia de Esmeraldas, en el norte, ha cambiado en unos pocos años el país y lo ha convertido en uno de los más violentos de la región. Matanzas, asesinatos, tiroteos y ataques masivos y coordinados contra fuerzas de seguridad forman parte de la cotidianeidad en las zonas más candentes.
Los jefes narcos dominan el tráfico desde las prisiones. La lucha por el control del negocio de la droga entre distintas facciones convirtió a Guayaquil y sus zonas aledañas en tierra de nadie. Los nexos con los carteles mexicanos aumenta la violencia cotidiana.
Daniel Noboa va por un triunfo ante el correísmo que su padre no pudo conseguir
Para Daniel Noboa las elecciones son como una revancha familiar. En 2007, su padre, por entonces candidato Álvaro Noboa, perdió en el balotaje con Rafael Correa, el mentor de la actual postulante de la izquierda. Hoy lo respaldan los votantes de la mayoría de los candidatos que no llegaron al balotaje. En síntesis, se trata de una lucha entre el correísmo y el anticorreísmo, a pesar de que el empresario hizo una campaña basada en un discurso antigrieta.
“Es un niño rico que quiere ser presidente”, dijo un asesor de campaña del correísmo.
Noboa, dueño de una enorme fortuna, es el favorito, principalmente porque reúne a su alrededor, por descarte, a todo el espectro político y ciudadano que rechaza a Correa. Además, el correísmo ha perdido un respaldo estratégico: el movimiento indígena que ayudó a llevar al poder al expresidente hace 16 años.
El empresario tendrá en frente a una candidata con un marcado sesgo progresista que en las últimas semanas se empeñó por mostrar una faceta más familiar y religiosa. Incluso, trató de alejarse de la figura paternalista de Correa, en un intento por revertir los números desfavorables de las últimas encuestas.
“Quien tomará las decisiones es Luisa González y la decisión final será mía”, afirmó la candidata en una entrevista con la prensa local.
González, de 45 años, no era una dirigente conocida antes de las elecciones. Siempre estuvo cobijada por una segunda línea política que la alejó de los focos de la prensa. De hecho, hasta mayo, cuando fue disuelto el Parlamento, era asambleísta.
A su favor, el correismo viene recuperando cierta popularidad en los últimos tiempos. De hecho, ganó la estratégica alcaldía de Guayaquil en los comicios regionales de febrero.
González buscará ser la primera presidenta electa del país. Rosalía Arteaga, en su carácter de vicepresidenta, ocupó la casa de gobierno entre el 6 y el 11 de febrero de 1997, tras la destitución de Abdalá Bucaram.
El vencedor del balotaje gobernará solo durante 15 meses, aunque podrá optar por su reelección en las elecciones de 2025, en medio de un país sacudido por la violencia.