El Partido Liberal (PL), la formación que lidera el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, será la primera minoría en la Cámara de Diputados, por delante de las fuerzas que apoyan al ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, según los resultados preliminares conocidos este lunes.
El partido de alquiler con el que el líder de la ultraderecha brasileña busca su reelección ganó al menos 23 diputados en las elecciones del domingo, llegando a un mínimo de 99 de los 513 escaños de la Cámara baja.
El bolsonarismo y las fuerzas conservadoras también tomaron impulso en el Senado, lo que llevó a constituir uno de los Congresos más conservadores de la historia de Brasil.
“Contra todo pronóstico y contra todos, este año ganamos 2 millones de votos más que en 2018″, publicó Bolsonaro en las redes sociales en las primeras horas del lunes. “También fuimos elegidos para las bancadas más grandes en la Cámara Baja y el Senado, que era nuestra principal prioridad”.
Los partidos conservadores y de centroderecha sumaron alrededor de 273 diputados, mientras que las formaciones vinculadas a la izquierda lograron alrededor de 138 escaños, lo que hará cuesta arriba un eventual Gobierno de Lula si el exsindicalista consigue vencer la segunda vuelta de las presidenciales.
El Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, junto con el resto de partidos que integran la coalición progresista, consiguió crecer con respecto a 2018, pero será el segundo mayor grupo en la próxima legislatura, con al menos 76 asientos para diputados.
Los resultados legislativos ratificaron la fuerza del bolsonarismo en Brasil y también la fuerte polarización de la política brasileña tras las elecciones del domingo, las cuales mostraron una fuerte división del electorado entre Bolsonaro y Lula.
Lula obtuvo el 48,4 % de los votos válidos en la primera vuelta, mientras que Bolsonaro sacó músculo y sorprendió al alcanzar el 43,2 % de los sufragios, un nivel que ninguna encuesta fue capaz de prever.
Como ninguno superó el 50 % de los votos válidos, ambos candidatos se medirán en una segunda vuelta el próximo 30 de octubre.
Las elecciones legislativas y regionales de este domingo revelaron la solidez del bolsonarismo en Brasil.
Bolsonaro dio muestra de su vigor al convertir un pequeño partido en el mayor grupo del Congreso y ayudar a elegir a algunos de sus más estrechos colaboradores.
Cinco ex ministros del mandatario consiguieron un escaño en el Senado, cuatro en la Cámara de Diputados y otros dos están en liza por gobiernos regionales que se definirán en el balotaje.
Entre los senadores elegidos en las urnas figura su hasta ahora vicepresidente Hamilton Mourao y el ex ministro de Ciencia Marcos Pontes, primer y único astronauta brasileño.
Consiguieron también un asiento como diputados su ex ministro de Medioambiente Ricardo Salles, investigado por favorecer a madereros ilegales; su ex titular de Agricultura, la hacendada Tereza Cristina, y el general Eduardo Pazuello, quien dirigió la cartera de Salud en una de las peores fases de la pandemia.
La ristra la completan otros antiguos miembros de su Gobierno, como Jorge Seif o aliados reconocidos como Cleiton De Azevedo, el ex futbolista Romário de Souza, Magno Malta, Wilder Morais, Wellington Fagundes, Jaime Bagattoli, Hiran Gonçalves y Maria Rezentede, conocida como profesora Dorinha.
A todos ellos se suman el resto socios del presidente brasileño que han logrado la reelección, como Carlos Portinho, Carlos Viana, su hijo Flávio Bolsonaro, Jorginho Mello, Marcos Rogério y Zequinha Marinho.
Bolsonaro se jactó de haber contribuido a la elección de ocho gobernadores en forma directa, con la esperanza de elegir a otros ocho en la segunda vuelta.
“Esta es la mayor victoria de los patriotas en la historia de Brasil: el 60% del territorio brasileño será gobernado por quienes defienden nuestros valores y luchan por una nación más libre”, publicó en Twitter.