Dos hermanas de 7 años y 10 años salieron a jugar la noche del viernes 2 de septiembre. Una amiguita de 10 años, vecina de las niñas, las llegó a buscar a eso de las ocho de la noche para asistir a una vigilia comunal que se realizaba en el barrio Ciudad Belén, Managua, donde vivían.
La madre de las niñas, Norbita Urbina Damacio, de 24 años, no les dio permiso de salir, pero ellas aparentemente se escabulleron, porque cuando la madre despertó a las 10:30 sus hijas ya no estaban en casa. Comenzó entonces una desesperada búsqueda que terminó hasta el lunes por la noche cuando las encontraron muertas en un predio montoso a tres cuadras de la vivienda.
La desaparición de las niñas fue seguida paso a paso por los medios de comunicación nicaragüenses, desplazando en parte, por estos días, el predominante tema de la crisis política y de derechos humanos que vive el país centroamericano.
“Parece que se trata de la peor noticia posible. Mataron a las dos hermanitas desaparecidas desde el jueves pasado en Villa Belén, en Managua. La Policía Nacional aún no confirma, pero la noche del lunes los vecinos del barrio encontraron dos cuerpecitos dentro de un saco que había sido tirado a un predio baldío”, informó con imprecisiones el martes 6 de septiembre la radio La Primerísima.
Al día siguiente la misma radio adelantó: “Un hombre y una mujer son los asesinos de las dos niñas. Son pareja. Viven frente a la casa donde residían las niñas asesinadas. La niña de 12 años que fue a buscar a las hermanitas, es sobrina de la pareja y está a su cargo porque la mamá está trabajando en Panamá”.
Los cuerpos fueron colocados en un cuarto de la casa y el domingo, cuando el hedor se volvió insoportable, los fueron a tirar envueltos en un colchón a un predio montoso cercano.
“Queremos extender nuestras condolencias más sentidas, en el compromiso de trabajar duro para evitar situaciones tan terribles, tan trágicas, tan dolorosas, como esta, al matrimonio formado por el Compañero Saluciano Joseph Cardenal, de 32 años, quien es soldado de la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua, y su esposa o su compañera, Norbita Urbina Damacio de 24 años. Son los padres de las niñitas brutalmente asesinadas la noche del viernes pasado”, expresó Rosario Murillo ese martes en su acostumbrada intervención de mediodía en cadena con los medios oficialistas, y mencionó los nombres completos de las niñas asesinadas a pesar que el Código de la Niñez y la Adolescencia lo prohíbe.
Este jueves, la Policía presentó a tres supuestos autores del asesinato y violación de las niñas de la familia Joseph Urbina. “Fueron capturados en su casa de habitación, No. L-07 de ciudad Belén, (ubicada a cinco casas de la vivienda de las víctimas), los presuntos autores: Alfredo Antonio Lara Ortiz, de 19 años; A.E.S.R., (omitimos nombre por ser menor de 16 años); Alison Yahosca Salgado Rugama, de 18 años”, informó la Policía de Nicaragua en un comunicado.
Añadió que en la casa de los sospechosos encontraron “presencia de trazos de sangre humana”, así como “un objeto contundente y un trozo de toalla color azul, utilizados para cometer el crimen”.
En el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de las menores se ocuparon un colchón y un trozo de alambre dúplex color blanco y se recolectaron muestras de fluidos corporales para realizar peritajes químicos y biológicos.
Según el informe policial, “I.J.U, de 7 años fue asesinada por asfixia mecánica, es decir, por sofocación. La niñita M.J.U, de 10 años fue asesinada por trauma craneoencefálico severo causando con objeto contundente y presenta equimosis de color verde en la región del pubis”.
Este viernes el Ministerio Público acusó a los tres sospechosos por los cargos de “asesinato agravado y violación en grado de tentativa”. Alfredo Antonio Lara Ortiz y el adolescente son acusados de autores directos de los delitos imputados, y Alison Yahosca Salgado Rugama, pareja sentimental Lara Ortiz y hermana del adolescente, es acusada como cómplice de esos delitos.
En la acusación, la Fiscalía afirma que las hermanas se salieron sin permiso de su madre la noche viernes. A las 10 de la noche, ambas estaban sentadas en la acera de un gimnasio, frente a la casa de los acusados. El acusado Alfredo Lara llamó a la niña menor y la llevó a una habitación de su vivienda, donde quiso quitarle la ropa. Como la niña se resistió, la golpeó en el pecho y la asfixió tapándole la nariz y la boca con un trapo.
Según la Fiscalía, el adolescente acusado también intentó hacer lo mismo con la otra niña de 10 años, y ante su resistencia, la golpeó con un trozo de bloque en la cabeza, causándole la muerte. Mientras las niñas eran asesinadas, Alison Salgado Rugama vigilaba.
Con el asesinato de estas dos niñas, la organización feminista Católicas por el Derecho a Decidir aumentó a 45 su registro de mujeres víctimas fatales de la violencia machista en lo que va de 2022 en Nicaragua.
“Dos niñas fueron brutalmente asesinadas por unos sujetos que han nacido y crecido en un país que tolera, justifica y oculta la violencia machista”, afirmó en Twitter la feminista nicaragüense María Teresa Blandón.
Las niñas asesinadas son de origen miskito, una etnia del Atlántico Norte de Nicaragua, y su familia se había establecido hace tres meses en el barrio Ciudad Belén, de Managua. Los cuerpos fueron trasladados el miércoles por el Ejército, dado que el padre de las víctimas es soldado, a la comunidad de Walakitang, en Río Coco Arriba, en el departamento de Jinotega.