El papa Francisco finaliza su tercera etapa de la gira por el Sudeste Asiático. En Timor Oriental celebró una misa que tuvo una convocatoria espectacular: más de 600 mil fieles acudieron para escuchar al sumo Pontífice. El viaje terminará en Singapour.
"Estén atentos… estén atentos a esos cocodrilos que quieren cambiarles la cultura, la historia. No se acerquen a esos cocodrilos porque muerden, y muerden mucho”, les dijo en referencia a quienes pretenden modificar su propia cultura.
La mitad de la población de Timor Oriental estuvo presente en la misa celebrada en un parque junto al mar, el mismo lugar donde San Juan Pablo II oró durante la lucha de la nación por la independencia de Indonesia. Se estima que la multitud de fieles representó la mayor participación en un evento papal de la historia.
En la homilía, en español y traducida al tetum, Francisco habló de la alegría del nacimiento de un niño y afirmó que en Timor Oriental "es maravilloso lo que pasa cuando nace un bebe" y que aquí en este país "hay muchos niños" y es "un país joven en el que en cada rincón la vida se siente palpitar y bullir".
"Y la presencia de tanta juventud y de tantos niños es un don inmenso, de hecho, renueva constantemente la frescura, la energía, la alegría y el entusiasmo de su pueblo", agregó.
El Papa explicó que "hacer espacio a los pequeños, acogerlos, cuidarlos, y hacernos también todos nosotros pequeños ante Dios y ante los hermanos, son precisamente las actitudes que nos abren a la acción del Señor".
En su homilia destacó la potencialidad de Timor Oriental. Su población de apenas 1.200.000 personas, está conformada por un 96 % de católicos. La mayoría son jovenes, por eso, le pidió que sean especiales custodios de su cultura. Para eso, usó una comparación con un animal carácteristico de la isla en la que se asienta ese país: un cocodrilo, que produce ataques al ser humano con regularidad. "Pero estén atentos, porque me dijeron que en algunas playas vienen los cocodrilos. Los cocodrilos que vienen nadando y tienen la mordida más fuerte de lo que manejamos”, dijo Francisco.
El papa continuó su homilía pidiendo a los fieles de uno de los países más pobres del mundo: "Queridos hermanos y hermanas, no tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y los unos frente a los otros; de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo (...) para la acogida a los demás".
El parque de Tasitolu era un mar de sombrillas amarillas y blancas (los colores de la bandera de la Santa Sede) mientras los timorenses se protegían del sol. De vez en cuando recibían un chorro de agua de los camiones cisterna que llenaronel campo con mangueras.
Timor Oriental, también conocido como Timor-Leste, es uno de los países más pobres, con un 42% de sus habitantes viviendo por debajo de la línea de pobreza, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Francisco llegó al país el lunes pasado y este martes por la mañana visitó un hogar para niños discapacitados dirigido por una congregación de hermanas religiosas.