"No puedo caminar, me lo ha pedido el médico", afirmó este sábado el Papa Francisco a un grupo de peregrinos, para explicarles por qué no recorría el aula Paulo VI del Vaticano, —donde los recibió en audiencia— para saludarlos.
"Después los voy a saludar, pero hay un problema: esta pierna no va bien, no funciona, y el médico me ha dicho que no camine. A mí me gusta caminar, pero esta vez debo obedecer al médico", dijo Francisco al grupo de peregrinos llegados de Eslovaquia.
"Por eso les pido el sacrificio de subir las escaleras y los saludo aquí, sentado. Es una humillación, pero la ofrezco por su país", agregó el Pontífice.
Francisco no pasó entre los fieles del Aula Paulo VI para los saludos, pero había llegado por sí mismo al escenario, mientras que lo dejó junto a monseñor Leonardo Sapienza, regente de la Prefectura de la Casa Pontificia.
"Querría pasar a saludarlos a todos", confió el Papa a los peregrinos eslovacos, pero los saludo de corazón desde aquí. "Rezo por ustedes, por sus familias, por su noble pueblo", agregó.
Adelante y coraje. Y les pido, por favor recen por mí", cerró el argentino.
En los últimos días debió suspender o pasar a un segundo plano en las ceremonias quedándose sentado. Estuvo ausente de una de las reuniones del Consejo de Cardenales, que se reunió tres día en el Palacio Apostólico vaticano y suspendió audiencia, entre ellas al canciller argentino Santiago Cafiero.
El miércoles su llegada a la audiencia general al aire libre en San Pedro fue un suplicio. Según contó Clarín desde Roma, se lo vio descender con dificultad del auto descubierto en el sagrario de la basílica y caminar apoyándose en el brazo que le ofreció el padre Leonardo Sapiensa, regente de la Casa Pontificio, hasta el palco de la audiencia.
¿Qué tiene el papa Francisco en su rodilla?
Francisco sufre de gonartrosis, o sea una artrosis de la rodilla derecha. Esto le produce dolores tan fuertes que desde hace algún tiempo lo han obligado a cambios en su agenda. Recientemente se sometió a controles médicos específicos, donde su equipo médico le aconsejó operarse.
Se trata de una rotura de ligamentos de la rodilla derecha debido a la postura y deambulación del Papa mortificadas por una vieja dolencia: la inflamación del nervio ciático que lo condena a renguear y a sufrir crisis un intenso dolor.
La artrosis grave en la rodilla produce una degeneración irreversible de los cartílagos. El Papa ha dicho en varias ocasiones que los médicos le explicaron que la cura podía ser lenta pero que “hay que tener paciencia”.
"Tengo este problema en la rodilla que provoca problemas de deambulación, en el caminar, es un poco molesto, pero va mejorando, al menos puedo andar. Hace dos semanas no podía hacer nada. Es algo lento; veamos si vuelve a estar como antes, pero está la duda. A esta edad no se sabe cómo terminará el partido, esperemos que vaya bien", aseveró en enero de este año.
En ese momento, Francisco había explicado por primera vez que tenía inflamado un ligamento en la rodilla que le obliga a reducir sus movimientos, aunque calificó a la dolencia como "algo pasajero". "Me han dicho que le pasa sólo a los viejos, así que no sé por qué me ha pasado a mí", dijo el pontífice durante la Audiencia General en el Vaticano.
Francisco cumplió en diciembre 85 años y está bien en general de salud, tras la operación de cirugía que sufrió el 4 de julio en el Hospital Gemelli de Roma para extirparle 30 centímetros del intestino grueso debido a una infección de divertículos.