El periodista más importante del momento, Tucker Carlson, viajó a Moscú a escondidas esta semana para entrevistar en un mano a mano exclusivo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en lo que sería la primera que concede el mandatario a un estadounidense desde que comenzó la guerra en Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que Putin había accedido a la entrevista con Carlson porque el enfoque del ex presentador de Fox News difería de la información “unilateral” sobre el conflicto de Ucrania de los otros medios de comunicación occidentales.
Carlson subirá la entrevista directamente a Twitter el jueves, como hizo con sus otras entrevistas a presidentes como Javier Milei en Argentina, Viktor Orbán en Hungría o Donald Trump en Estados Unidos. En un anticipo que subió este martes, dijo que la entrevista permitiría a los estadounidenses entender el punto de vista de Rusia sobre la guerra.
“No estamos aquí porque amemos a Vladimir Putin. Nadie les pide que estén de acuerdo con lo que Putin pueda decir en esta entrevista, pero les instamos a que la vean. Deben saber todo lo que puedan”, dijo.
Según el periodista, sus productores también están intentando entrevistar a Volodimir Zelenski en Ucrania, para que pueda dar la otra cara de la situación, pero por el momento sin éxito. De hecho, funcionarios ucranianos han pedido su cabeza.
Persecución política
Según el propio Carlson, la última vez que intentó entrevistar a Putin, fue boicoteado por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. Se cancelaron sus pasajes «sorpresivamente», recibió amenazas anónimas para que no viaje y hasta su esposa recibió extorsiones.
También asegura que sus teléfonos fueron intervenidos y sus mensajes de texto fueron filtrados a la prensa. «No compartí las capturas con nadie, nunca me alejé de mí teléfono, es imposible que la prensa haya conseguido esas fotos sin ayuda del Gobierno«, confirmó.
Sin embargo, esto solo retrasó lo inevitable, y después de reorganizarse mejor, Carlson logró viajar a Moscú por debajo de la atención del gobierno de Biden, y una vez en Moscú, logró moverse con total libertad, incluso apareciendo en varios videos que filmó la gente cenando en restaurantes y caminando por la calle.
Tras lograr la entrevista, miembros de la Unión Europea pidieron implementar sanciones contra el comunicador estadounidense por «contribuir a difundir la propaganda del Kremlin», según dijeron varios eurodiputados actuales y anteriores.
En particular, el ex primer ministro belga y actual diputado del Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, pidió la palabra en la sesión de este miércoles y calificó a Carlson de haberse convertido en el “portavoz de Donald Trump» y de «estar jugando a favor de Vladimir Putin«.
“Parece lógico que el Servicio Europeo de Acción Exterior examine también su caso”, dijo el legislador en medio del recinto, en referencia a la agencia europea que tiene a cargo imponer sanciones a los empresarios o políticos que colaboren con el Kremlin.
Estas sanciones van desde multas económicas, pasando por embargos de bienes, hasta la prohibición de ingresar a cualquiera de lo 27 países miembro de la Unión Europea.