Esta vez no fueron las vías o las huelgas, sino que el consorcio Itapúa Logística decidió no aceptar más pesos y cobrar el pasaje en guaraníes lo que, por cuestiones cambiarias, eleva ostensiblemente su valor.
La inaudita decisión tomada por el consorcio Itapúa Logística de intentar poner una casilla de cobro para no aceptar pesos para la venta del boleto desde la vecina orilla hasta Posadas provocó ayer que cientos de pasajeros quedaran varados del lado paraguayo, porque los administradores de la boletería que responden al Tren Z recibieron la orden de no vender boletos bajo esas condiciones y, a falta de quien cobre el pasaje, el servicio se brindó únicamente desde la capital misionera hacia Encarnación, para la ida.
La noticia fue dada por el diario misionero Primera Edición que señala que el consorcio Itapúa Logística, que posee la administración de la operatoria en la zona primaria de la estación de trenes en el lado paraguayo (que se encuentra en puja con la empresa Misión Guaraní que es la que tiene los convenios con Ferrocarriles Don Casimiro para cobrar los pasajes).
Se informó que el valor del boleto del tren internacional pasaría a ser de alrededor de $2.300, pero que no se iba a cobrar más con la moneda argentina. Solo se admitían guaraníes o su equivalente en dólares. Hasta el jueves, quien deseaba pagar en pesos para volver desde Paraguay abonaba $630; pero ayer la cifra, por una cuestión cambiaria pasaba a tener un ajuste de más de 300%.
Siempre el conflicto
Las tensiones entre los tres actores que tienen injerencia en el servicio no son nuevas, pero tienen como perjudicado central al usuario.
La primera ruptura ocurrió en septiembre de 2022, fue inclusive un papelón internacional porque al día siguiente de su reapertura con bombos y platillos se tuvieron que suspender los viajes.
Juan Ángel Cabrera, representante de Misión Guaraní SA, en quien el consorcio del Tren Z tiene delegadas algunas funciones en Encarnación (Paraguay) habló con el medio misionero sobre lo ocurrido y se explayó sobre los agravantes del conflicto que dejó sin servicio a la gente que quería volver en tren.
"En septiembre del año pasado irrumpió sorpresivamente un consorcio (Itapúa Logística) del cual no me consta la existencia de ningún contrato a raíz de una supuesta concesión de Fepasa durante la gestión presidencial anterior y a partir de ahí se tuvo como efecto el incremento de costos para el usuario sin ningún tipo de mejoras en las instalaciones, que a la fecha se volvieron incómodas y extremadamente precarias", expuso.