El diputado Rolando Cuéllar provocó un vendaval político en Bolivia al exhibir a la prensa una supuesta carta de agradecimiento por los aportes a la campaña del MAS dirigida a José Miguel Farfán, el capo narco argentino conocido como el “Chapo Guzmán del Cono Sur”.
La misiva, presuntamente firmada por Gerardo García, vicepresidente del movimiento liderado por Evo Morales, puntualiza que se trata de “grandes contribuciones económicas” realizadas desde 2014 al partido por parte de Miguel Ángel Salazar Yavi, la identidad falsa que usaba el narco para permanecer en la clandestinidad en ese país.
“De parte de nuestro presidente, hermano Evo Morales Ayma y la dirección nacional y todos sus dirigentes del MAS-IPSP, agradecemos a nuestro hermano Miguel Ángel Salazar Yavi por las grandes contribuciones que viene haciendo desde las elecciones de 2015 hasta el momento”, comienza la carta.
Luego, explica que esos aportes permitieron “solventar nuestras campañas en diferenes etapas electorales” y denomina a Yavi (que no es otro que Farfán) “un próspero empresario que contribuye al desarrollo de Bolivia”. Por último, lo invita a concertar una reunión.
Este lunes, Evo Morales, de visita en Rosario para dar una charla en la Universidad Central -invitado por el actual interventor de la AFI, Agustín Rossi- evitó responder en conferencia de prensa sobre el tema, aunque sí se explayó en Twitter en forma indirecta y sin nombrar al legislador.
“Gente sin convocatoria en las bases ni incidencia en nuestro movimiento político, gente que aprovechó persecución de dirigentes en Golpe 2019 para incrustarse en nuestras filas, aparece hoy en primera plana de periódicos por ambición y no convicción. En toda época hay traidores”, escribió el referente latinoamericano.
Aunque García, el vicepresidente del movimiento liderado por Evo Morales, afirma que la carta es falsa y denunció a Cuéllar por falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado y asociación delictiva, el presidente de Bolivia Luis Arce pidió al Ministerio de Justicia que investigue la denuncia que expuso la grieta en el MAS.
La presunta carta de agradecimiento que salpica al MAS. (Foto: Facebook / Rolando Cuéllar).
Sobre esa decisión, también había tuiteado Morales: “Estamos seguros que se comprobará la falsedad y pediremos sanciones con todo el peso de la ley contra quienes intentan destruir al MAS-IPSP. Pedimos a nuestra militancia mantenerse en estado de alerta ante los ataques internos y externos contra el instrumento político del pueblo”.
El expresidente de Bolivia, en tanto, continuó con su agenda en el país y almorzó en Casa Rosada con el presidente Alberto Fernández.
Los encuentros políticos de José Luis Farfán en Bolivia y las coimas a jueces argentinos
José Luis Farfán, que en la actualidad está preso en Ezeiza, se escapó por poco de Gendarmería en 2013, cuando hacía punta en el traslado de un cargamento de casi 400 kilos de cocaína en un campo de Santiago del Estero. Todos los ladrillos incautados llevaban el sello bajo relieve de un delfín, la marca del clan Castedo, otra banda fuerte del norte argentino.
En ese momento, se refugió -con la “ayuda” del exjuez federal Raúl Reynoso que le concedió la exención de prisión- en una acomodada residencia de un barrio privado en Santa Cruz de la Sierra, en la que vivió junto a su familia.
En esa ciudad se manejó con un documento de identidad de soporte original al que le colocó su fotografía y datos falsos.
No era la primera vez que el narco se escurría hacia el país vecino. En enero de 2004, aprovechó una salida transitoria para fugarse hacia el departamento de Tarija. El juez Ricardo Lona ordenó su captura nacional e internacional, pero en 2007 José Antonio Solá Torino la dejó sin efecto, según confirmó la Justicia, mediante un “soborno”.
Las bolsas de arpillera que la banda de Farfán usaba para envolver y arrojar la cocaína. (Foto:
Farfán, a quien también apodan “Martillo”, pareció entender ya en aquella época que la clave estaba en vincularse con poderosos.
Torino, condenado a seis años de prisión por ese favor, se pegó un tiro en noviembre de 2020 cuando un tribunal decidió hacer efectiva la pena que cumplía en su casa de la capital de Salta.
Los agentes que participaron en la recaptura del narco en 2019 indicaron que eran conocidos sus vínculos políticos, presuntamente, con miembros del MAS. Incluso, detallaron que evitaba reunirse en su hogar para evitar los registros de las cámaras de seguridad y del libro de visitas del barrio cerrado en el que residía.
Farfán, el narco más buscado de Salta, cayó en Bolivia.
Los encuentros, según los investigadores, existían. De hecho, aseguran que lo atraparon junto a su hijo de 18 años, cuando circulaba por la Avenida Cristo Redentor en una camioneta 4x4 Suzuki Vitara, luego de pactar un encuentro con un hombre al que ligan al Movimiento al Socialismo.
Esta tercera persona, de acuerdo a los detectives, estuvo presente en el arresto, solo que los policías que efectuaron la detención no asentaron su nombre en el acta. En ese momento, Farfán fue extraditado y puesto a disposición de la Justicia en la Argentina.
El narco fue condenado a 14 años de prisión, en abril de 2021, por bombardear con cocaína campos de Santiago del Estero y Salta.
Como ya es habitual en el caso de los jefes, los investigadores sostienen que sigue al frente de su organización, en la que participa su hermano “Copete”, desde prisión.