El papa Francisco presidió hoy la misa del Domingo de Ramos, un día después de salir del hospital por una bronquitis, y en su homilía defendió a los “abandonados” del mundo: “Nadie puede ser marginado”, dijo ante miles de fieles y con la voz aún débil durante esta eucaristía que abre la Semana Santa.
En su primera reaparición pública, después de tres días ingresado por una bronquitis a sus 86 años, Francisco, cubierto por un largo abrigo blanco, meditó sobre las palabras de Jesús de Nazaret en la Cruz, “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”.
En este sentido, explicó que “el verbo ‘abandonar’ en la Biblia es fuerte” y “aparece en momentos de extremo dolor”, y por eso el recuerdo de Cristo debe mover a sus seguidores a “buscarlo y amarlo en los abandonados” de nuestro tiempo.
“Hay tantos cristianos abandonados invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”, exclamó el Papa durante la homilía del primer día de la Semana Santa que conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.
Así, recalcó que hay pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte. “Hay pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas”, ha agregado.
Francisco, que se mostró pálido en algunos momentos, se puso de pie para rezar el Ángelus a mediodía, y la multitud aplaudió mientras él les agradecía sus oraciones.
“Les agradezco su participación y también sus oraciones, que se han intensificado en estos últimos días. Gracias”, dijo el Papa a los fieles.
El Papa en su llegada a la Plaza San Pedro
El papa Francisco presidió hoy la misa del Domingo de Ramos, un día después de salir del hospital por una bronquitis, y en su homilía defendió a los “abandonados” del mundo: “Nadie puede ser marginado”, dijo ante miles de fieles y con la voz aún débil durante esta eucaristía que abre la Semana Santa.
Francisco fue llevado sentado sobre un vehículo descapotable, el “papamóvil”, hasta el centro de la plaza, a los pies del obelisco, para bendecir los ramos de los fieles y miembros de la Curia Romana que habían procesionado por el lugar unos instantes antes.
Bajó del coche por su propio pie y después recorrió unos pocos metros hasta el lugar dispuesto para la bendición ayudado del bastón que usa frecuentemente debido a sus problemas de rodilla
Antes de la misa, fue llevado sentado sobre un coche descapotado hasta el centro de la plaza, a los pies del obelisco, para bendecir las ramas de olivo y palmas que los fieles, religiosas y miembros de la Curia habían portado en procesión, recordando la entrada triunfal de Jesús de Nazaret en Jerusalén.
Francisco, de 86 años, ha querido en todo momento presidir los ritos de la Semana Santa, que se abren oficialmente hoy con el Domingo de Ramos, que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén
En su primera reaparición pública, después de tres días ingresado por una bronquitis a sus 86 años, Francisco, cubierto por un largo abrigo blanco, meditó sobre las palabras de Jesús de Nazaret en la Cruz, “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”.
En este sentido, explicó que “el verbo ‘abandonar’ en la Biblia es fuerte” y “aparece en momentos de extremo dolor”, y por eso el recuerdo de Cristo debe mover a sus seguidores a “buscarlo y amarlo en los abandonados” de nuestro tiempo.
La celebración arrancó como siempre con la procesión por la plaza de San Pedro y en torno al obelisco central de cientos de personas, fieles, religiosos y religiosas y miembros de la Curia Romana, portando los ramos
El papa argentino acudió después hasta el frontal de la basílica, siempre en coche y con su propia palma, para presidir desde ahí la misa, que fue oficiada por un cardenal, hoy el argentino Leonardo Sandri, una fórmula que se repetirá en toda la Semana Santa
Francisco es asistido para tomar asiento
Francisco bendice las ramas de olivo
El encargado de celebrar la Eucaristía este Domingo de Ramos junto al obispo de Roma ha sido el purpurado Leonardo Sandri, argentino como Bergoglio
Se pretende así evitar que se fatigue tras su hospitalización, repitiendo una fórmula que ya se experimentó durante la Semana Santa del año pasado debido a los problemas de movilidad del Pontífice. Ocurrió lo mismo en el funeral de Benedicto XVI el pasado mes de enero
La misa del domingo de Ramos abre una semana ajetreada en la agenda del pontífice, que incluye la misa 'In Coena Domini' del Jueves Santo en la cárcel de menores de Casal del Marmo, en Roma
Si se confirma la evolución favorable del estado de salud del Papa, es muy probable que el Domingo de Pascua, con motivo de la bendición 'Urbi et Orbi' de la ciudad y del mundo, el Papa se asome al balcón la Logia Central de la basílica de San Pedro para leer el tradicional mensaje sobre los problemas del mundo
Con semblante serio, siguió la procesión por la plaza de San Pedro de figuras religiosas, entre ellas cardenales vestidos de rojo, portando grandes palmas y ramas de olivo
Posteriormente, se le vio más sonriente mientras recorría las inmediaciones
Francisco, que se mostró pálido en algunos momentos, se puso de pie para rezar el Ángelus a mediodía, y la multitud aplaudió mientras él les agradecía sus oraciones.
“Les agradezco su participación y también sus oraciones, que se han intensificado en estos últimos días. Gracias”, dijo el Papa a los fieles.
Francisco saludó brevemente a unas 30.000 personas mientras recorría en su papamóvil la plaza, adornada con más de 35.000 plantas y flores
Francisco saluda al público en el Vaticano
Francisco cumplió 10 años al frente de la Iglesia católica mundial a principios de marzo. Ha impulsado importantes reformas de gobierno y ha tratado de forjar una Iglesia más abierta y compasiva, aunque se ha enfrentado a la oposición interna, sobre todo de los conservadores.
Ha dicho en repetidas ocasiones que consideraría la posibilidad de dimitir si su salud le fallara, pero el mes pasado afirmó que, por ahora, no tiene planes de renunciar.
La multitud toma fotos del líder católico
(fotos: AP, Reuters)