El resultado fue de 48% para Luiz Inácio Lula da Silva, contra el 43% de Jair Bolsonaro, sin embargo, hay que tener en cuenta que las proporciones en Brasil son gigantes, entonces esos cinco puntos representarían 5 millones de personas aproximadamente. El 30 de octubre se dará la segunda vuelta, y ambos dirigentes ya comenzaron su campaña.
Agenda/Salta dialogó con Corresponsal de la Agencia italiana ANSA desde Brasil, Darío Pignotti, quien aseguró: "De aquí al 30 de octubre, hasta podría revertirse; pero el ex presidente Lula arranca con una ventaja considerable. Decir que hoy por hoy, que ambos tienen iguales chances, sería desproporcionado".
Además, explicó que "el resultado fue distinto al que las agencias de opinión pública habían previsto", algo que dejó expuestas a las encuestadoras brasileras e internacionales quienes veían al amigo de Alberto y Cristina Fernández como ganador en primera vuelta, pero remarcó que para la segunda vuelta: "Decir que Lula tiene una leve ventaja, tal vez sea lo más apropiado y lo más objetivo".
El tercer y cuarto lugar podrían ser claves.
Quienes quedaron ubicados más debajo de los dos protagonistas, Simone Tebet y Ciro Gomes tienen afinidad con Bolsonaro y Lula respectivamente; a pesar de ello Simone como senadora del estado Mato Grosso Do Sul tienen relación con el sector agropecuario, lo cual provocaría que Lula tome una ventaja ya que Jair no tiene buena imagen ante este grupo.
Por otro lado, Ciro Gomes ex gobernador del Estado de Ceará por un partido de Izquierda quien al parecer sus electores se decantarán por la misma Izquierda de Lula, podrían tener un giro ya que Bolsonaro planearía concentrar aumentar sus votos en la región norte del país.
Los verdaderos perdedores
Quienes salieron perjudicadas totalmente de estas elecciones fueron las agencias de recolección de datos de opinión pública, quienes en un principio daban como vencedor aplastante al cabecilla del Partido de los Trabajadores en la primera vuelta. El fracaso de las agencias es mayor, ya que la influencia de ellas en un país políticamente apático es más imponente.
Por otro lado, Sergio Moro, el juez que encarceló a Lula Da Silva, y quien aspiraba a la presidencia, termino por ser electo senador por el partido de Paraná, en una especie de premio consuelo, aun así, ya afirmó que no bajara sus banderas contra quien en algún día estuvo tras las rejas.
¿Por qué la gente prefiere la izquierda y el mercado no?
Darío Pignotti nos remarca que ‘’La caída de la inflación se dio en agosto, pero a caballo de un umbral de suba de 10 puntos en abril, algo para en términos brasileños es muy alta’’. Además, agrega que en Brasil hay 20 millones de personas, o mejor dicho votantes, en situación de hambre, lo que en paralelo con nuestro país sería el 70% de la población.
Por su parte, el mercado parece celebrar que la izquierda todavía no asumió y se festejó con un impacto en la Bolsa de Sao Pablo quien despunto con un 5% al alza. Es por ello que Lula deberá mejorar su imagen ante él.
No hay grieta, pero si miedo
El kirchnerismo sentía que el regreso de Lula a la presidencia podía favorecer la reconstrucción de un polo progresista en la región (hoy sostenido por el ascenso de Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia), habilitando en sus referentes la esperanza de que algo similar suceda en la Argentina. Pero el electorado brasileño se ocupó ayer de alterar esa percepción.
Aunque su estilo tosco y altisonante lo hace merecedor de cientos de críticas, Bolsonaro demostró ayer que más de 40% de los ciudadanos lo prefiere como presidente. En este sentido Darío Pignotti, cerro reflexionando sobre la situación entre Argentina y Brasil, reflejando que ‘’en Brasil no hay una grieta como se dice acá en nuestro país, pero 7 de cada 10 personas tienen miedo de decir a quien votan’’. Y advertió que existe una tendencia en el aumento de los discursos anti-Argentina, alimentados quizás por los dichos de los principales sectores políticos brasileños.