"Nueva, mejor y final", así definen los integrantes de la AMPTP (la entidad que nuclea a los mayores estudios de producción audiovisual en Hollywood, es decir en los Estados Unidos) la propuesta que hicieron llegar al sindicato de actores SAG-Aftra para poner fin a una huegla que ya está causando grande problemas en todo el ecosisitema audiovisual, tanto dentro como fuera de ese país. Aunque se preveía que el domingo hubiera habido un pronunciamiento, los representantes de los intérpretes pidieron "más tiempo" para analizar si aceptan -y se levanta el paro- o no. No hay rumores respecto de una posición o de otra.
Hagamos un poco de historia: los actores están de huelga desde mediados de año, un mes después que se declararan en paro los guionistas -que llegaron hace un mes a un acuerdo con los productores y volvieron al trabajo. Las consecuencias son enormes: es cierto que la mayor parte de la producción audiovisual, especialmente la cinematográfica, se realiza "por adelantado". Pero también es cierto que gran parte del trabajo previo al estreno de una película termina poco antes del estreno y necesita de los guionistas y de los actores (retomas, reescribir una escena, doblar el audio, etcétra). El paro en ambos casos sucedió por la caída de los convenios colectitvos (que tienen una vigencia hoy de tres años) y no llegar a un acuerdo con los productores sobre dos temas clave.
El primero es la regulación en cuanto al uso de la Inteligencia Artificial. Los guionistas lograron cláusulas que no sólo les permiten utilizarlas sino que, sobre todo, los protege de que los estudios quieran hacerlo pasando por encima de ellos. También era claro el pedido de staffs acordes no sólo con el desarrollo de proyectos sino, sobre todo, con los tiempos de trabajo y los plazos cada vez menos realistas, algo que tiene como causa en parte el retraso causado por la pandemia. El otro punto, clave, eran las regalías: es decir, cuánto perciben los creadores por los contenidos cuando estos son difundidos fuera de los Estados Unidos.
En el caso de los actores, ambos ítems seguían sin ser reglados, especialmente el de regalías (o "residuals"). Hubo ofertas insuficientes (los actores piden que las plataformas aporten 500 millones de dólares anuales en ese concepto, los productores ofrecieron 20) y propuestas irreales -los actores sugirieron un incremento de 57 centavos de dólar global para formar ese "fondo" de 500 millones. En cuanto a la IA, el problema es el uso de "dobles digitales", pero no necesariamente para los protagonistas o las estrellas sino, sobre todo, para los " actores de fondo", extras profesionales o intérpretes con pocas líneas de diálogo que son los primeros a ser reemplazados por imágenes generadas artificialmente (sobre todo si no hablan). Ese punto parece solucionado, aunque aún no hay rumores respecto de cómo.
Lo que los productores ofrecieron para el caso de las regalías es la misma solución que lograron los guionistas: un bono especial a los intérpretes que participan en las producciones más vistas. La métrica, bueno, se verá. Pero en principio implica un gran incremento, además de que sí se subieron los mínimos sindicales (es el mayor alza en cuarenta años). La oferta del "bono por popularidad" ya había sido puesta en el tapete hace dos semanas, cuando los actores interrumpieron las negociaciones. Pero hoy habría más consenso -además de ser mucho más generosa en cuanto a montos- para aceptarla. Sí, todo en potencial: nadie quiere decir una palabra.
¿Qué pasaría en el caso de aceptarse la oferta? Los cambios en las fechas de estreno que se decidieron en los últimos meses permanecerán; pero el resto del calendario podría arreglarse y la línea de producción volverá a funcionar. Hoy hay más escrito que filmado (lo que facilita un poco las cosas) dado que los guionistas ya están trabajando. Pero los atrasos y los apresuramientos van a estar a la orden del día.
Si no, el problema es mucho más grave y afecta a todo el sistema internacionalmente: no habrá nuevas películas para las salas, no habrá nuevos contenidos por meses para las plataformas. Y existe la posibilidad de que los intérpretes -que en este momento están trabajando bajo el paraguas de la negociación- vuelvan al paro y no haya forma de que se defina en el corto plazo. Las dos partes están urgidas: si los actores no trabajan, no cobran. Y si los productores no tienen material para difundir, pierden clientes.
Es el punto crucial en el que todo el sistema pide una solución. Habrá que ver qué cede cada parte, aunque los productores, declarando que su propuesta es la última posible y que van a reprogramar estrenos, parecen tener la palabra final.
