Estados Unidos y Venezuela realizaron este sábado un intercambio de prisioneros por el cual Caracas liberó a siete detenidos a cambio de dos familiares del presidente Nicolás Maduro.
El canje incluyó a cinco antiguos ejecutivos de Citgo Petroleum presos desde 2017 en Caracas, así como al veterano de la Marina de Estados Unidos, Matthew Heath, y el ciudadano Osman Khan. Fueron intercambiados por dos sobrinos de la esposa de Maduro, Cilia Flores, detenidos en Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico.
Se trata del mayor intercambio de ciudadanos jamás realizado por el gobierno de Joe Biden. “Estas personas pronto se reunirán con sus familias y volverán a los brazos de sus seres queridos, donde deben estar”, dijo Biden en un comunicado.
La Casa Blanca dijo que Biden había hablado con las familias. Los hombres se encontraban en un estado de salud estable y se les ofreció una serie de servicios de apoyo, incluyendo atención médica. El gobierno de Maduro dijo por su parte que liberaba a los siete estadounidenses como un gesto humanitario. Elogió la diplomacia que resultó en la liberación de los dos venezolanos “injustamente encarcelados”, y dijo que “espera la preservación de la paz y la armonía con todas las naciones de nuestra región y el mundo”.
El intercambio supone un inusual gesto de buena voluntad por parte de Maduro, en un momento en que busca reconstruir las relaciones con Estados Unidos después de mantener a raya a la disidencia. El acuerdo se produce al cabo de meses de secretas tratativas del principal negociador de rehenes de Washington y otros funcionarios estadounidenses con el gobierno venezolano.
El traslado tuvo lugar en un país situado entre Estados Unidos y Venezuela. Los liberados incluyen a cinco empleados de Citgo, con sede en Houston -Tomeu Vadell, José Luis Zambrano, Alirio Zambrano, Jorge Toledo y José Pereira- que viajaron a Venezuela en 2017 para asistir a una reunión en la sede de la empresa matriz, el gigante petrolero estatal PDVSA. Una vez allí, fueron arrestados por agentes de seguridad enmascarados que irrumpieron en una sala de conferencias de Caracas.
“No puedo creerlo”, dijo a la prensa la hija de Vadell, Cristina. Conteniendo las lágrimas de alegría en su 31 cumpleaños, dijo: “Este es el mejor regalo de cumpleaños. Estoy muy feliz”.
También fueron liberados Matthew Heath, un excabo de la Marina estadounidense de Tennessee, que fue detenido en 2020 en un control vial en Venezuela bajo cargos de posesión de armas “engañosos”, según Washington, y el residente de Florida Osma Khan, detenido en enero.
Estados Unidos liberó a Franqui Flores y a su primo Efraín Campo, sobrinos de la “primera combatiente” Cilia Flores, como llama Maduro a su esposa. Los hombres fueron detenidos en Haití en una operación de la DEA, la agencia contra las drogas de Estados Unidos, en 2015. Fueron condenados al año siguiente bajo cargos de narcotráfico. Ambos recibieron el indulto de Biden antes de la liberación.
El gobierno de Biden se ha visto presionado para hacer más por traer de vuelta a los cerca de 60 estadounidenses que se considera retenidos como rehenes en el extranjero o detenidos por gobiernos hostiles.
El récord de Venezuela
Si bien la atención se centra en Rusia, donde Estados Unidos ha intentado hasta ahora sin éxito conseguir la liberación de la estrella del básquet Brittney Griner y de otro estadounidense, Paul Whelan, Venezuela ha retenido al mayor contingente de estadounidenses sospechosos de ser utilizados como moneda de cambio.
Al menos otros cuatro estadounidenses permanecen detenidos en Venezuela, incluidos dos exboinas verdes involucrados en un desbaratado intento de derrocar a Maduro en 2019, y otros dos hombres que, al igual que Khan, fueron detenidos por supuestamente entrar ilegalmente en el país desde Colombia.
“A todas las familias que todavía están sufriendo y separadas de sus seres queridos que están detenidos injustamente, sepan que seguimos dedicados a asegurar su liberación”, dijo Biden en su declaración.
Su administración no liberó a otro prisionero largamente buscado por Maduro: Alex Saab, un empresario con información privilegiada que Venezuela considera un diplomático y los fiscales estadounidenses un facilitador del régimen corrupto.
Saab luchó contra la extradición desde Cabo Verde, donde fue arrestado el año pasado durante una escala en ruta hacia Irán, y ahora está a la espera de un juicio en la corte federal de Miami por cargos de desvío de millones en contratos estatales.
Los ejecutivos petroleros fueron condenados por malversación de fondos el año pasado en un juicio empañado por retrasos e irregularidades. Fueron condenados a entre ocho y 13 años de prisión por una propuesta nunca ejecutada de refinanciar miles de millones en bonos de la petrolera.
Maduro los acusó entonces de “traición”, y la Corte Suprema de Venezuela confirmó sus largas condenas a principios de este año. Todos los hombres se declararon inocentes y el Departamento de Estado los considera injustamente detenidos, al igual que a los otros dos.