En medio de la escalada represiva en Venezuela tras el fraude electoral del pasado 28 de julio, este sábado la dictadura chavista realizó una insólita denuncia sobre lo ocurrido el fin de semana pasado en la Embajada argentina en Caracas. Según lo indicado por Diosdado Cabello, actual ministro del Interior y número dos del régimen, las autoridades desbarataron un presunto plan que consistía en atacar con “explosivos” la residencia oficial argentina en la capital venezolana, donde se encuentran refugiados seis opositores venezolanos por la persecución del régimen.
De acuerdo a lo señalado por Cabello, el objetivo de ese supuesto ataque era “culpar” a la dictadura de Nicolás Maduro.
En declaraciones transmitidas por el canal estatal VTV, el funcionario señaló que “hace algunos días” las autoridades capturaron a “unas personas” -cuyo número no especificó- que planeaban “lanzar unas granadas y explosivos en la Embajada argentina donde están, en calidad de refugiados, unos terroristas delincuentes de la oposición”.
La residencia oficial de la Embajada argentina está bajo protección de Brasil tras la expulsión de la misión diplomática del país austral, una autorización que, sin embargo, Venezuela revocó el 7 de septiembre al gigante sudamericano.
“Claro, (...) si es atacada la Embajada de Argentina, donde están unos señores y señoras de la oposición, era inmediato que al que iban a culpar era al Gobierno de Venezuela. Ya tenemos algunos detenidos de esta operación”, manifestó Cabello.
Según el ministro, era uno de los planes contemplados en una operación “grande” con la que se pretendía meter en el país caribeño más de 400 armas “transportadas desde Estados Unidos” para llevar a cabo actos “terroristas”, entre ellos también -señaló- ataques a instalaciones de servicios públicos, con el fin de generar “caos, violencia y anarquía”.
En el marco del operativo contra esta operación, informó Cabello, fueron detenidos dos ciudadanos españoles, tres estadounidenses y un checo, y aseguró que algunos de los capturados buscaban llevar a Venezuela “un grupo de mercenarios” con el propósito de asesinar a Maduro, así como a la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, entre otros.
Cabello acusó al Gobierno estadounidense de estar “detrás de esta operación”, que tenía el objetivo de “derrocar un Gobierno democrático electo por su pueblo” en los comicios presidenciales del 28 de julio, en los que Maduro fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un resultado rechazado por la oposición y la mayoría de la comunidad internacional.
El fin de semana pasado las fuerzas de seguridad del régimen chavista asediaron la Embajada argentina en Caracas, obstruyendo los acceso a la residencial, cortando el servicio energético, y desplegando a varios agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Este accionar de la dictadura provocó la condena de gran parte de la comunidad internacional, que exhortó a Maduro a detener la violencia post electoral.
El régimen elevó la tensión el sábado pasado, cuando decidió unilateralmente revocar el permiso para que Brasil custodie la Embajada argentina. Desde agosto, Brasil se ocupa de la custodia de las sedes diplomáticas de Perú y Argentina en Venezuela, así como de la representación de sus intereses y ciudadanos en el país caribeño, tras la expulsión de los miembros de ambas legaciones.
La situación en la residencia oficial argentina se tranquilizó luego de la salida de Edmundo González Urrutia del país, quien decidió exiliarse en España por las amenazas y persecución de la dictadura en contra de su persona y su familia.
