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Represión

La ONU, HRW y EEUU exigieron al régimen de China respetar el derecho a manifestarse pacíficamente

Los organismos internacionales y Washington condenaron la violenta respuesta de las autoridades chinas a las protestas ciudadanas contra el plan de COVID cero impulsado por el Gobierno

Cientos de chinos se reúnen para una vigilia y sostiene hojas de papel blanco en protesta por las restricciones contra el coronavirus, mientras conmemoran a las víctimas de un incendio en Urumqi (REUTERS/Thomas Peter)
Cientos de chinos se reúnen para una vigilia y sostiene hojas de papel blanco en protesta por las restricciones contra el coronavirus, mientras conmemoran a las víctimas de un incendio en Urumqi (REUTERS/Thomas Peter)

La comunidad internacional condenó la represión del régimen de China a las protestas desarrolladas el fin de semana contra el plan de COVID cero impulsado por el gobierno de Xi Jinping. La ONU, Human Rights (HRW) y Estados Unidos alzaron su voz contra Beijing y exigieron que se respete el derecho a manifestar de manera pacífica.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió este lunes a las autoridades chinas que no detengan “arbitrariamente” a los manifestantes que protestan pacíficamente contra las restricciones sanitarias y piden más libertad.

“Pedimos a las autoridades que respondan a las manifestaciones de acuerdo con las leyes y normas internacionales de derechos humanos”, manifestó el portavoz Jeremy Laurence, y añadió: “Nadie debe ser detenido arbitrariamente por expresar pacíficamente sus opiniones”.

“Permitir un debate amplio dentro de la sociedad -en especial con los jóvenes- puede contribuir a moldear las políticas públicas, garantizar que se entiendan mejor y, a fin de cuentas, que sean más eficaces”, subrayó Laurence.

El Alto Comisionado pidió al régimen chino, además, que haga gala de “transparencia para responder a las preocupaciones del público” y que “aprenda de la tragedia”. También recordó que “las restricciones impuestas por las autoridades deben ser necesarias y proporcionadas”, en función de la evaluación que hagan científicos y doctores.

“Cualquier medida restrictiva debe estar limitada en el tiempo, y deben existir garantías y mecanismos para que la gente pueda expresar sus preocupaciones”, insistió Laurence.

El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, en tanto, dijo en su rueda de prensa diaria que no pensaba pronunciarse sobre la política de China contra el covid, pero que en China, como en el resto del mundo, creen en “la importancia del derecho de la gente a concentrarse pacíficamente, a asociarse y a manifestarse en paz”.

“Urgimos a las autoridades (chinas) a garantizar ese derecho”, dijo, sin más detalles.

Más explícito fue el comunicado emitido por Human Rights Watch. “Las autoridades chinas no deberían reprimir las protestas, sino permitir que todos expresen pacíficamente sus puntos de vista”, aseguró la investigadora de la organización, Yaqiu Wang.

HRW asegura que en videos que circulaban por las redes sociales se veían decenas de policías llegando a Shanghai y otros lugares para intentar dispersar a los manifestantes y en los que también aparecen agentes conduciendo a personas a furgones.

La ONG también denunció que la Policía de Shanghai esposó a un periodista del canal BBC que cubría las protestas y lo llevó a una comisaría donde fue golpeado.

“Si bien las protestas a pequeña escala por abusos concretos del Gobierno ocurren ocasionalmente en China, es extremadamente raro que las personas pidan públicamente que el presidente Xi Jinping renuncie o que se ponga fin al Gobierno del Partido Comunista”, apuntó HRW.

Según la ONG, en los últimos años, las autoridades han endurecido la censura en Internet, han aumentado la implantación de tecnologías de vigilancia, han desmantelado grupos de la sociedad civil y detenido a numerosos activistas independientes, “lo que ha hecho que sea extremadamente difícil organizar protestas a gran escala”.

Estados Unidos también defendió este lunes el derecho a protestar en China. “Hemos dicho durante mucho tiempo que todos tienen derecho a protestar pacíficamente, aquí en Estados Unidos y en todo el mundo. Esto incluye a la República Popular de China”, dijo el Departamento de Estado en un comunicado.

Asimismo, dio a entender que Estados Unidos consideraba que la política de confinamiento impulsada por Beijing es excesiva y estimó que así “va a ser muy difícil” contener este virus.

Washington está “enfocado en lo que funciona”: ampliar la vacunación y que las pruebas y tratamientos sean de fácil acceso, agregó.

El presidente estadounidense, Joe Biden, “monitorea” de cerca las manifestaciones en China. “Él lo está monitoreando. Todos lo estamos. Así que sí, por supuesto el presidente está al tanto” de lo que pasa, dijo a los periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.

La comunidad internacional se hizo eco este lunes de varias protestas ocurridas el fin de semana en diferentes ciudades chinas, como Shanghai, donde miles de personas se manifestaron entre gritos de: “Abajo el Partido Comunista” o “Abajo el presidente (chino) Xi Jinping”, entre otros.

La indignación por la muerte de 10 personas en un edificio aparentemente confinado de la ciudad de Urumqi (noroeste) el pasado día 24, se transformó el domingo en vigilias y protestas inéditas en numerosas partes del país, como Beijing o la ya citada Shanghai.

Algunas grabaciones mostraron cómo cientos de personas marchaban por las calles de diferentes ciudades mientras mostraban hojas de papel en blanco que representaban su oposición a la censura.

Dado su alcance territorial, la movilización parece ser la más importante desde las marchas pro democracia de 1989, duramente reprimidas.

China es uno de los pocos países que sigue aplicando una estricta política, llamada “cero covid”, que conlleva confinamientos masivos y test PCR casi diarios.


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