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Lula acelera el giro pro mercado para la segunda vuelta y quiere darle el control de la Economía a Alckmin

Le prometió a los empresarios que co-gobernará con su vice. Busca sumar al creador del Plan Real, Edimar Bacha, Henrique Meirelles y Percio Arida.

Lula acelera el giro pro mercado para la segunda vuelta y quiere darle el control de la Economía a Alckmin

El resultado electoral y la confirmación de segunda vuelta alteró la estrategia de Lula. La remontada de Bolsonaro lo pone en posición de negociación con sectores de la política pero también con el mercado y los principales grupos económicos que buscan certezas respecto a sus propuestas.

Lo hizo antes de la elección cuando cenó con el Grupo Esfera, el espacio que nuclea a los principales empresarios de el país, en un encuentro fue organizado por el presidente del grupo, Joao Camargo. Lula estuvo acompañado de su vicepresidente, Geraldo Alckmin, el coordinador del programa de gobierno Aloízio Mercadante y el candidato a gobernador de San Pablo, Fernando Haddad.

En ese espacio amplio de conversación salió la declaración de Lula contra el acuerdo de Alberto Fernández contra el Fondo Monetario Internacional. El tema es sencillo, a los empresarios le interesan saber el marco de alianzas y, aunque parezca curioso, buscan confirmar que el nuevo gobierno no hará un giro a la izquierda que termine en "la tragedia argentina".

Las figuras destacadas en el convite fueron Trabuco do Bradesco y Abílio Diniz del Grupo Península dedicado a la inversión privada y con presencia en varias empresas como Carrefour, Rubens Ometto de la gigante energética Raízen, Josué Gomes da Federación de Industriales del Estado de San Pablo, Luiz Enrique Guimarães de Cosan (energía de logística, distribución de energía, entre otras actividades), Fabio Erminio de Moreas, Votorantin (empresa centenaria con negocios en energía sustentable, aluminio y otra decenas carteras) y Andre Estevez, BTG Pactuaul. Es decir, estuvieron representados comercio, agronegocios, industria y el sistema financiero. "Estuvo el 50 por ciento del PBI de Brasil", dijo una fuente cercana al evento.
 
Durante la reunión, Lula aclaró que habrá un co-gobierno con Alckmin y que será su ex adversario de centroderecha el que manejará los trazos gruesos de la política económica. Los empresarios, sorprendidos, asintieron a semejante declaración que da por sentado que Lula por primera vez en mucho tiempo compartirá liderazgo. "De economía, hablen con Alckmin", les pidió.

Lula insistió  que habrá un co-gobierno con Alckmin y que será su ex adversario que el manejara los trazos gruesos de la política económica. Los empresarios, sorprendidos, asintieron a semejante declaración que da por sentado que Lula por primera vez en mucho tiempo compartirá liderazgo.

Un mes atrás se realizó otra reunión en las oficinas de la FIESP junto a Josué Gomes y su vice y presidente del Centro de Industrias de San Pablo (CIESP), Rafael Cervone, donde planteó exactamente lo mismo: co-gobierno, moderación y una política económica con influencia absoluta de su vice. Desde el punto de vista de la gestualidad, es lógica que Alckmin tenga más llegada a la elite paulista pero lo que parece proponen Lula es otra cosa, más estructural en relación a lo que puede suceder con la economía si es presidente.

En ambas reuniones, Lula dijo que Alckmin será ministro de Economía, algo que el sistema brasileño permite y denomina acumulación de cargos. El ex gobernador paulista lo niega en público pero lo confirma en privado y, lo que pudo confirmar LPO, es que de no ser él la persona en hacerse cargo de la principal cartera de gobierno, será alguien de su confianza. En ese sentido, todas las miradas están puestas en el Edimar Basha, profesor de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro, miembro del Think Thank "Casa das Garças" y, lo más relevante, uno de los mentores del Plan Real.  

Es un neoliberal con preocupaciones sociales, no es un Chicago Boy ni un ultrafiscalista. Es el padre de la afirmación "Belindia" que plantea que Brasil es un poco de Bélgica y mucho de India para explicar la desigualdad", detalla alguien que lo conoce dentro del mundo académico.

Otra opción que maneja Lula es sumar al ex ministro de Economía Michel Temer, Henrique Meirelles, el creador del techo de gastos que es abiertamente criticado por Lula. No obstante, además de Meirelles, podría arriba uno de sus economistas de cabecera, Percio Arida, quien también formó parte del equipo que creó el Plan Real, asesoró a Alckmin en 2018 y se lo recuerda por decir que "Bolsonaro no sería liberal en lo económico".

Otros tres nombres que también están en carpeta son el ex vicepresidenta del banco Itaú, Marcos Lisboa, el actual funcionario del FMI, Ilan Goldfajn y el ex presidente del Banco Central y actual directivo del Banco Itaú, Sérgio Werlang.

A diferencia de lo que planteaba un sector aliado del PT sobre una supuesta división en "la burguesía brasileña", lo que cuentan fuentes empresariales es que lo que buscan es previsibilidad y equilibrio frente a lo que consideran un exceso favoreciendo al sectores del agro-negocio durante estos cuatro años.

Como sea, lo que tiene claro Lula es que no habrá ninguna persona vinculada al Partido de los Trabajadores en la conducción de la política económica, lo que aleja la posibilidad de poner en funcionamiento iniciativas como la de la renta básica universal impulsada por el ala más de izquierda del partido.

 


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