Bajo un cielo gris de invierno, miles de franceses participaron masivamente en Paris y en otras 73 ciudades del país en una marcha contra el “antisemitismo”.
Cuando los actos antisemitas llegan a 1.100 en Francia desde los ataques terroristas de Hamas en Israel del 7 de octubre y han aparecido “tags” con estrellas de David en diferentes barrios de Paris, el presidente del Senado, Gerard Larcher y la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun Pivet convocaron a marchar por la república y contra el antisemitismo este domingo.
Con la excepción del presidente Emmanuel Macron, que llamó a “un alto al fuego inmediato y humanitario” y “el fin de los bombardeos a civiles” a Israel, concurrieron ex presidentes, ex primeros ministros franceses ,la oposición, intelectuales, artistas y familiares de los rehenes secuestrados por Hamas. También fueron familias judías completas: desde sus abuelos a nietos.
Detrás de una banderola blanca donde se leía “Por la República, contra el antisemitismo”, estaban el ex presidente socialista Francois Hollande y su par conservador Nicolas Sarkozy, la ex primera dama Carla Bruni y la primera ministra Elizabeth Borne.
También estuvieron presentes los antiguos primeros ministros, como Jean Castex, Édouard Philippe, Bernard Cazeneuve, Jean-Marc Ayrault y Manuel Valls.
Francois Hollande saludó una marcha “profundamente republicana”.
La marcha dividió a la clase política. Fueron varios miembros del gobierno y de Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, que nació como un partido antisemita, cuando lo dirigía al entonces llamado Frente Nacional, su padre, Jean Marie Le Pen.
“Estamos donde tenemos que estar”, dijo Marine Le Pen, que defendió su presencia durante la marcha.
Fueron los funcionarios electos del Partido Socialista, los ecologistas y los comunistas, pero con reservas. La Francia Insumisa (LFI) dijo en un comunicado de prensa que no iría. La consideró pro gobierno de Israel.
La izquierda criticó duramente la llegada de los diputados RN pero también la presencia de Reconquête, con el xenófobo Éric Zemmour, en la procesión.
“Estamos sin controversia”, se defendió el excandidato presidencial .
“Lamentamos que el Presidente de la República haya decidido no venir”, criticó Marion Maréchal, que lo acompañaba.
Las familias de los rehenes
Las familias de los rehenes estuvieron presentes en la manifestación. Una joven explicó que había perdido a 3 miembros de su familia en los ataques de Hamas y que todavía tenía 7 familiares detenidos por la organización terrorista. Francia tuvo 31 franceses muertos en los ataques de Hamas y 9 rehenes o desaparecidos.
La acompañaba otra mujer que se enteró la semana pasada de la muerte de su hermana. Ambos explicaron que pedían “solidaridad internacional” para lograr la liberación de los rehenes.
Macron, que no estuvo presente en la marcha, llamó el sábado en una carta a los franceses “a no ceder ante el antisemitismo y permanecer unidos”.
El antisemitismo es un veneno
La marcha partió de la explanada de los Inválidos, en las cercanías de la tumba de Napoléon, a las 3 de la tarde y llegó a la plaza cerca del senado en silencio. Las estaciones de metro de los alrededores se congestionaron ante la cantidad de gente que llegó.
Para la Ministra de Asuntos Exteriores, Catherine Colona, “marchar contra el antisemitismo no es respaldar a tal o cual Estado”.
“Marchar contra el antisemitismo no es respaldar a tal o cual Estado”, afirmó Catherine Colonna, presente en la marcha.
"El antisemitismo es un flagelo, un veneno, un insulto a la República", afirmó la Ministra de Asuntos Exteriores.
“Los civiles palestinos no pueden ser victimas de las atrocidades cometidas por Hamas, que los mantiene como rehenes” dijo la canciller francesa.
Los políticos que encabezaban la procesión, reunidos detrás de la pancarta "Por la República, contra el antisemitismo", cantaban la Marsellesa. A continuación, en las filas de atrás flameaban varias banderas francesas.
La procesión se dirigió al Senado y hacia la plaza Edmond-Rostand, cerca del Senado. Esta vía fue solicitada por Yaël Braun-Pivet, el jefe del Palacio Borbón y Gérard Larcher, el presidente de la cámara alta.
Al llegar al Senado, la presidente de la asamblea nacional Yael Braun Pivet saludó “la más bella imagen de Francia” al unirse por los valores republicanos .El presidente del senado Gerard Larcher llamó “ a proteger la república”.
Allí estaba el filósofo y escritor Bernard Henry Levy. "Es muy importante estar aquí. Estamos acá para decir que el antisemitismo y todas formas de racismo son inadmisibles. Será importante que hubiera medio mundo. Y no solo judíos. Sobre todo no solamente judíos”, pidió.