“ Argentina se pone del lado de Uruguay y propone abrir el Mercosur al mundo en diferentes modelos de negociación externa”. La definición de una fuente diplomática denota la gran diferencia entre los miembros del bloque.
De esta frase, se desprende que Brasil y Paraguay tienen menores objetivos comerciales, aunque comparten el plan de ampliar los mercados. La canciller Diana Mondino participó hoy en la ciudad de Asunción de la Cumbre de Presidentes del Mercosur, junto a mandatarios y altas autoridades de la región.
En la sesión plenaria, durante la cual la República del Paraguay hizo el traspaso de la Presidencia Pro Témpore a la República Oriental de Uruguay, la ministro ratificó el compromiso a la Argentina con el bloque y dejó en claro la posición de nuestro país respecto a la actualidad del Mercosur.
Mondino lamentó, en primer lugar, “que no haya sido posible alcanzar el consenso final para adoptar el proyecto de comunicado conjunto de los Estados Partes y Estados Asociados al que todas nuestras delegaciones dedicaron altas horas y esfuerzos para reflejar las posiciones de todos y cada uno de nosotros. Ha sido un ejercicio pragmático y verdaderamente constructivo, se estuvo cerca del consenso cuando gran parte del texto estaba prácticamente acordado. Todos debemos ser escuchados”.
Valor agregado
La funcionaria expresó que “el valor agregado de este tipo de encuentros radica precisamente en el intercambio de puntos de vista, lo que lejos de constituir un problema, tiene que ser aceptado como una sana práctica, en beneficio de todos sus miembros”.
Luego de valorar y agradecer la tarea emprendida por las autoridades paraguayas en los últimos seis meses, Mondino aseguró: “Estamos en un mundo convulsionado. Aun así se han alcanzado a nivel mundial unos 300 acuerdos comerciales. Creemos firmemente que la mejor forma de enfrentar los desafíos globales es promover las ideas de libertad. Para la Argentina se acabaron las ambigüedades. Creemos en el respeto y resguardo del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad privada. Ello implica el respeto de la voluntad popular como innegociable. Ningún golpe de estado ni ataque a la democracia es aceptable”.
“Un sistema económico basado en la libre empresa es la única herramienta con la que contamos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia. Es el objetivo de todos. Creemos que el mercado es un proceso de cooperación social, donde hay intercambios voluntarios”, explicó.
En ese marco, la ministro destacó que “tenemos un MERCOSUR con exceso de regulaciones, que se cerró en sí mismo, un MERCOSUR que, con el argumento de erigirse en una ‘barrera protectora’ frente a las importaciones desde terceros mercados no hacía más que limitar sus propias exportaciones, lesionando el sistema de equilibrio general que subyace al intercambio comercial. Pasamos de “crear” comercio a “desviarlo”. Lo que es peor aún, nuestra unión es una unión aduanera bastante imperfecta”.